La sentencia del caso de las facturas falsas del distrito Macarena, que condena a cuatro años y tres meses de prisión al ex secretario del distrito Macarena, y a tres años y nueve meses de cárcel al contratista José Pardo, no debe haber dejado tranquilo al alcalde Sánchez Monteseirín. Aunque se pretenda contar que, políticamente, queda demostrado que no ha habido trama, y subsanado está el error administrativo por parte del Ayuntamiento, hay malas artes que hay que corregir en el día a día. Se demostró que el ex concejal José Antonio García firmaba lo que le ponían por delante. Él mismo decía que era inviable ir a cada obra para saber si se estaba acometiendo o había finalizado. Pero habrá que darle una vuelta a la metodología, porque la que se ha venido utilizando no funciona.
No creo que sea tan complicado, además de confiar en la buena fe de la gente, muy propio de Sánchez Monteseirín, instaurar una serie de controles para comprobar que lo que se ha firmado y pagado, se haya materializado. Si no es posible hacerlo, nos podemos encontrar con cualquier cosa, si hay quien no juega limpio.
