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Malos tiempos hasta para ser infanta

La tímida acogida a doña Elena a su llegada al Salvador, con escaso público, fue compensada por la efusividad de Zoido

el 28 may 2013 / 23:49 h.

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No estaba previsto que la infanta Elena tomara la palabra ayer, más allá de dar paso a los galardonados en el acto de entrega de los Premios de Acción Humanitaria que concede la Fundación Doña María de las Mercedes para reconocer la labor de organizaciones sin ánimo de lucro para paliar necesidades de la población afectada por desastres naturales o provocados por la mano del hombre en Iberoamérica. Sin embargo, su alteza real quiso saltarse el protocolo y una vez concluida la concurrida ceremonia, que se celebró en la Iglesia del Salvador, se acercó al micrófono para felicitar a los galardonados, cuyos proyectos conocía de primera mano “por casualidad”, según reconoció, ya que había visitado las zonas donde se desarrollan esta iniciativas en alguno de sus viajes y tuvo ocasión de saber de ellos. “Sé que son tiempos malos, pero lo poco que se dé desde aquí, para ellos es mucho”, dijo la infanta animando así a la cooperación exterior –por cierto, una de las políticas más recortadas en los últimos tiempos– delante de las autoridades nacionales, autonómicas y locales. En concreto, estuvo acompañada por el secretario general Iberoamericano, Enrique Iglesias; el secretario de Estado para Iberoamérica, Jesús Gracia; la consejera de Salud de la Junta –en sustitución del presidente andaluz–, María Jesús Montero; el alcalde, Juan Ignacio Zoido; el cardenal emérito Carlos Amigo Vallejo y el arzobispo Juan José Asenjo, así como por una nutrida representación empresarial, encabezada por el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Santiago Herrero, presidente de la Fundación Doña María de las Mercedes, que recordó que “ahora son muchas las personas que pasan penalidades, por lo que adquiere un valor especial la solidaridad”. Las palabras de doña Elena, aunque cerraron el acto, estuvieron presentes en todas las intervenciones. Son “malos tiempos” para todo. Incluso para ser infanta. Lejos quedaron los años en que la llegada de un miembro de la Casa Real congregaba a cientos de sevillanos ansiosos por manifestar su cariño y apoyo a la monarquía, sobre todo cuando se trataba de la primogénita, tan apegada a esta ciudad. Ayer, apenas varias decenas de curiosos aplaudieron cuando vieron llegar a su alteza a la plaza del Salvador. Ya dentro del templo sí que abundaron los parabienes y la efusividad. La más encendida, la de Zoido, quien en su discurso vino a pregonar que sin corona, no hay futuro. “Si ha habido una institución clave para nuestro país ha sido la monarquía”, “nuestro sistema democrático no tendría sentido sin la Casa Real” o “los momentos más brillantes de la historia de España siempre estuvieron guiados por la monarquía, base de los valores democráticos de nuestro país” fueron algunas de las proclamas con las que agasajó a la hija del Rey Juan Carlos. Curiosamente, a pocos metros de allí desembocaba en la Plaza Nueva la marcha blanca en defensa de la sanidad pública convocada por los profesionales del sector para protestar por los recortes, una manifestación en la que abundaron tanto las pancartas como las banderas republicanas, con las que mucho de los asistentes al acto en el Salvador –quizá la Infanta no– se toparon a la salida, donde por cierto aguardaban todavía menos curiosos que a la llegada de su alteza. Al margen de las horas bajas que vive la Casa Real, lo cierto es que doña Elena, con su presencia, respaldó tanto a la fundación que preside honoríficamente y que aspira a mantener viva la memoria de su abuela, como a la encomiable labor de tres entidades en favor de los menos afortunados. El Premio de Acción Humanitaria Doña María de las Mercedes, dotado con 40.000 dólares, fue para la organización Manos Unidas, por el proyecto Reactivación productiva agrícola en cinco cantones de las provincias de Manabi y Los Ríos, en Ecuador. Recogió el premio, una escultura del taller de Marmolejo inspirada en los pináculos del Archivo de Indias, la presidenta de la ONG católica en España, Soledad Suárez. El accésit para el mejor proyecto dedicado a la infancia –dotado con 12.000 dólares– recayó en el proyecto presentado por la Fundación privada de la Obra Mercedaria, que mantiene dos casas de acogida para 60 niños sin familia en El Salvador y Panamá. Y el otro accésit –otros 12.000 dólares–, reconoció como mejor proyecto dedicado a la salud al presentado por la Fundación Juan Felipe Gómez Escobar, que contempla la ampliación de un centro médico en Cartagena de Indias, Colombia. Al finalizar el acto, doña Elena aprovechó para visitar al Señor de Pasión y a la Virgen de la Merced, cercana a la cripta donde están enterrados sus bisabuelos. Por último, un ágape junto a los premiados, ofrecido por la fundación, puso fin a su visita.

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