Economía

Malos tiempos para cotizar en bolsa

Banca Cívica se deja un 20% en el parqué al cumplir su primer mes de cotización bursátil.

el 20 ago 2011 / 19:49 h.

Al igual que está ocurriendo en los parqués de medio mundo, los inversores huyen de la renta variable, donde el miedo a la recesión se está dejando sentir.

Ya sabían las cajas de ahorros, ahora reconvertidas en bancos, que no era un momento fácil para saltar al parqué. Tres han sido los grupos que lo han hecho con el firme objetivo de mejorar su capitalización en un periodo de extremada volatilidad y desconfianza, especialmente enfocada al sector financiero, aunque en este tiempo -se ha cumplido un mes del estreno bursátil de Bankia y Banca Cívica - el escenario no ha hecho más que empeorar.

El primero en allanar el camino fue Caixabank (La Caixa) el 1 de julio, pero cuando los grupos liderados por Caja Madrid y Cajasol, respectivamente, pisaron el parqué madrileño los días 20 y 21 de ese mismo mes, el selectivo español, el Íbex 35, se aferraba aún a los 10.000 puntos. El viernes pasado cerró la sesión en 8.141,9 enteros. La bolsa española, que ha vivido en ésta su segunda peor semana del año con pérdidas que rozaron el 6%, acumula en lo que va de mes un retroceso del 15,5%.

En consonancia con esa tendencia a la baja, Banca Cívica -integrada por Cajasol, Caja Navarra, Caja Canarias y Caja Burgos- suma en este periodo una caída del 20% en el valor de sus títulos (sobre el precio de partida, 2,70 euros), que el viernes finalizaron a 2,16 euros.

Credit Suisse, el banco encargado de la colocación de las acciones de Cívica, hizo públicas al cierre del mercado las operaciones que ha acometido durante estas cuatro semanas para estabilizar el valor -sumando un total de 20 actuaciones a un precio máximo de 2,70 euros y mínimo de 2,28 euros-, por las que la entidad ha adquirido un total de 23.194.237 títulos, un paquete cuyo valor ronda los 50 millones de euros teniendo en cuenta el cierre de la última sesión, y que supone en torno al 10% del capital social de Cívica.

Se trata de una información que los bancos colocadores tienen que remitir a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) una vez que expira el plazo estipulado para estabilizar la acción tras su estreno en bolsa.

Muy diferente resultó el comportamiento de Bankia, el grupo que lidera Caja Madrid, que ha saldado su primer mes en el parqué con una ligera pérdida del 1,33%, que el sector atribuye a la acción de sus bancos colocadores, sobre todo JPMorgan (que ha comprado acciones por 49,16 millones), por mantener estable la acción. Así, el viernes cerró a 3,75 euros frente a los 3,70 del precio de partida. Habrá que ver, pues, cómo reacciona el valor a partir de ahora sin contar con ese colchón y en medio de una nueva oleada de turbulencias en los mercados.

Contrasta, además, con la evolución experimentada por el Íbex 35, que desde el debut de Bankia hasta hoy presenta una caída del 16,34%. Asimismo, sorprende al compararse con el comportamiento de otros grandes bancos de referencia. Por ejemplo, el Santander, que ha cedido un 19,9% en el último mes, o el BBVA, que desde esa misma fecha, se ha dejado un 19,47%.

No en vano, la banca ha sido la gran castigada y el epicentro de los ataques de los mercados en las últimas semanas.

Otro ejemplo más. Caixabank, el banco de La Caixa, referente para las cajas y el primero en dar el salto al parqué -utilizando la base de Criteria- el pasado 1 de julio, suma un retroceso desde entonces del 28,5%.

VOLATILIDAD EXTREMA. Los responsables de los nuevos grupos financieros han reiterado que sus valores son apuestas a medio y largo plazo y que no hay que prestar excesiva atención a lo que ocurre en el corto. No han tenido muchas opciones para elegir otro momento en el que salir a bolsa tras los requerimientos del Ministerio de Economía para alcanzar un core capital (capital principal) del 8% y del 10% para las entidades financieras que no coticen, no cuenten con presencia de inversores en el 20% del capital y tengan una dependencia de financiación mayorista superior al 20%.

Quienes no alcancen antes del próximo 30 de septiembre esas cotas -que persiguen reforzar la solvencia del sistema financiero y disipar cualquier duda sobre el mismo-, recibirán recursos públicos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), lo que supondrá la entrada del Estado como accionista (lo que supone una nacionalización parcial).

Si a esta exigencia se le suma el agravamiento de la crisis de deuda soberana en Europa -con ataques a España, Italia e incluso a Francia-, la imposibilidad de cerrar las garantías para hacer efectivo el segundo rescate a Grecia, la cascada de previsiones que apuntan a un estancamiento y una posible recesión económica global y todo ello se mezcla bien en los parqués de medio mundo, el resultado es el que se está viendo. Una huida de los inversores de la renta variable.

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