Cultura

Manea: «El exilio es un experimento pedagógico extraordinario»

El escritor rumano reúne sus cuentos en el ‘El té de Proust’ y visita España.

el 23 oct 2010 / 21:06 h.

Norman Manea.
-->--> -->

-En un mundo globalizado, hiper-comunicado y con fronteras menos rígidas como el nuestro, ¿cobra algún nuevo sentido la palabra exilio?

-Probablemente sí. Para las nuevas generaciones, que ya se manejan en una dimensión planetaria a través de internet y otros medios veloces y multilingüísticos, es una situación muy diferente a la mía. Pero todavía hay importantes retos que afrontar, también para esa gente joven. Como dijo Brecht, el exilio está relacionado con una "dialéctica de cambio". La modernidad trajo consigo, en todo caso, un mundo centrífugo, carente de un centro definido, y eso ha tenido profundas repercusiones en nuestra vida.

-Usted fue deportado por Antonescu y exiliado con Ceausescu, pero se ha referido al exilio como "el mejor regalo del destino". ¿Ironizaba?

-Sólo en parte. Yo he hablado del exilio como de un "trauma privilegiado". Trauma por la desubicación y la desposesión, privilegio porque es también un extraordinario experimento pedagógico, en el cual estás obligado a afrontar lo desconocido que hay alrededor y dentro de ti, a aprender de nuevo muchas cosas de los otros y de ti mismo.

-También le oí decir en una entrevista que el exilio supuso la pérdida de su lengua, pero no ha dejado de escribir en rumano. Hay autores como Kundera que sí dejaron atrás la suya. ¿Cómo sufre una lengua el exilio?

-Tú llevas tu lengua contigo, como el caracol su casa. Es tu refugio, tu verdadero espacio de pensamiento, sentimiento, creatividad. Y eso también debe pasar por un montón de desafíos y transformaciones, igual que los atraviesa uno mismo.

-¿Por qué no regresó a Rumania cuando fue posible? Nunca le he escuchado dar una explicación al respecto...

-Por desgracia, en el caótico periodo que siguió al colapso de la dictadura comunista y un viejo-nuevo nacionalismo, y el renacer de las consignas de una vieja-nueva derecha, refrenaron mis deseos de volver.

-Han pasado veinte años de la caída del comunismo en Europa. ¿Qué heridas siguen abiertas? ¿Cree que se ha perdido algo positivo en el proceso?

-En efecto, siguen abiertas algunas viejas heridas y han aparecido otras nuevas. Muchos elementos positivos se han perdido por el camino, pero todavía esperamos que la difícil transición a una sociedad abierta, democrática, acabe arrojando mejores resultados.

-En sus cuentos reunidos, como El té de Proust está muy presente esa memoria de la _que usted recela. ¿Cree que existe una memoria literaria tan válida como la de los historiadores?

-Su importancia es de una índole distinta. La memoria literaria transmite una imagen más vívida de un tiempo y un lugar, del comportamiento humano y de los sentimientos, en una situación histórica concreta. Un entendimiento mejor y, me atrevería a añadir, una lección más provechosa de las complejidades del ser humano.

  • 1