La manifestación en protesta por la muerte el domingo, en Madrid, de un joven antifascista acabó ayer en Sevilla con un detenido por agredir a un joven y con destrozos en la tienda de Hermes Govantes de la calle Sierpes, además de un conato de enfrentamiento con un policía de paisano que quedó en nada.
La manifestación partió a las siete de la tarde de la Plaza Nueva ya calentita, con muchos chavales muy jóvenes convocados a través de mensajes de móvil, y recorrió Tetuán para regresar al Ayuntamiento por Sierpes, donde se produjeron los incidentes. Un grupo de radicales, que habían hecho ya más de un amago de crear confusión para poder hacer gamberradas ocultos entre los participantes en la protesta antifascista, terminó agrediendo a un cliente que salió de la tienda de Hermes Govantes -en la esquina con Sagasta- para insultar a quienes, a su vez, gritaban "asesina" a la Policía que controlaba la manifestación.
Un grupo de entre seis y diez chavales de estética red skin -radicales de izquierdas de aspecto similar a los skin head, aunque en sus antípodas políticas- se encapuchó entonces y entró rápidamente en la tienda de ropa, donde la emprendió a puñetazos con el joven, que acabó con una brecha en la frente. Todo ocurrió en un momento. A la vez, partían la puerta de cristal y causaban daños menores en el establecimiento, ante el susto de las cinco dependientas que estaban trabajando. "Si no me apartan, me echan la puerta encima", decía poco después una de ellas, todavía muy nerviosa, después de cerrar la tienda al público.
La Policía Nacional intentó detener a los agresores y capturó a uno, lo que aumentó la tensión entre los asistentes, que en medio de la confusión empezaron a correr. Varios manifestantes, veteranos en los movimientos sociales de la ciudad, intentaron evitar las carreras y aplacar los ánimos mientras pedían a la Policía que permitiese que el medio millar de personas que estaba participando de forma pacífica en la marcha llegase a la Plaza Nueva, para leer el comunicado final.
Con los ánimos ya bastante soliviantados, otro grupo de jóvenes se encaró con un policía que estaba controlando la manifestación vestido de paisano. El enfrentamiento quedó en nada cuando el agente se identificó y se marchó.
"no lo conocemos". Ya de noche, la Policía tomaba declaración al detenido, un joven de 28 años que, según varios participantes en la manifestación, probablemente no sea sevillano. "Era un grupo de gente que no conocemos, nunca los habíamos visto", decían los asistentes, que lamentaban el incidente aunque aseguraban que la marcha finalizó de forma pacífica. Varias personas permanecieron en el entorno de la Plaza Nueva para evitar que grupos radicales se quedaran allí para provocar más incidentes, una práctica habitual de estos grupos violentos, que aprovechan el tumulto para cometer actos vandálicos.
La protesta, convocada por sms, estaba apoyada por una docena de organizaciones de izquierda tras la muerte del joven antifascista Carlos Palomino a manos de un ultraderechista. En las pancartas se leía Contra el fascismo y Carlos, D.E.P., y los asistentes corearon lemas como Los fascistas sois los terroristas o Nazis no.
