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Manifestación contra las botellonas sin control

El padrino de Antonio, megáfono en mano, alentaba a los manifestantes y recordaba el motivo de la concentración: pedir control en las botellonas y homenajear al joven de 17 años que murió atropellado.

el 15 sep 2009 / 18:26 h.

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El padrino de Antonio, megáfono en mano, alentaba a los manifestantes y recordaba el motivo de la concentración: pedir control en las botellonas y homenajear al joven de 17 años que murió atropellado. El presidente de su equipo reclamaba respuestas. Sus compañeros, jóvenes y menos jóvenes, reflexionaban sobre libertad y seguridad.

Antonio Olmedo falleció atropellado hace hoy 21 días en una madrugada de sábado, cuando volvía de una botellona en Los Remedios. Frente a la Feria. En un punto que ayer fue recordado con un minuto de silencio por dos centenares de personas que se unieron con un doble motivo: recordar al joven de 17 años y reclamar un sentido a su muerte. Que las administraciones actúen. Que se cumpla la ley antibotellona. Que se tomen medidas de seguridad. Que se proteja a las miles de personas, muchas menores, que se concentran periódicamente en distintos puntos de la ciudad, rodeados de coches y de botellas de alcohol.

Eduardo Martínez, siempre con su megáfono, pide que se recuerde a su ahijado: "Que se tome conciencia de las botellonas, que se ponga freno a esto para que la tragedia no llegue a más familias. Hay que acatar la ley y habilitar un espacio para estas concentraciones nocturnas". De riguroso luto, dirigió a los manifestantes por Juan Sebastián El Cano, les lideró por el puente de Los Remedios, los orientó hasta la Puerta Jerez y les guió hasta la Plaza Nueva, donde se leyó un manifiesto y se soltaron 17 palomas. La edad de Antonio. "Para que esta causa sea una esperanza".

Con rostro serio. Triste. Algo nostálgico le seguía Antonio Rojas. Conocía al joven. "Era futbolista del Club Athlético Libertad de Mairena. Y yo era el presidente", recordaba. Caminaba solo, pero acompañado en la distancia de otros jóvenes que como Antonio jugaban en su club deportivo. Si se cumplen los planes, pronto presenciará el primer memorial por el difunto, un encuentro con nueve equipos en el que también participarán familiares del menor. Pero el deporte queda en un segundo plano -o quizás es un complemento-, cuando hay una reivindicación por la que luchar: "No se puede prohibir a la gente que se divierta, pero hay que tomar medidas. No he visto una reacción fuerte y adecuada de las autoridades". Es cierto que una semana después del atropello la Policía controló la zona y evitó las botellonas. Pero también parecen ciertas las palabras del padrino del difunto: "Nadie se ha dirigido a nosotros. Ni siquiera un representante del Ayuntamiento le ha dado el pésame a la familia".

Eduardo Martínez y Antonio Rojas son de otra generación. Pero estaban rodeados de jóvenes y habían usados sus canales de comunicación: la convocatoria se realizó a través del tuenti. Eran los manifestantes de menor edad quienes portaban los carteles más cariñosos, los lemas más inocentes. De todas las edades: Los compañeros del equipo de fútbol, los de su clase y otros que le conocían menos. Pero que se suman a la causa. Francisco Sánchís tiene 25 años. Ya apenas hace botellonas. Pero sabe bien lo que es: "Se necesita más presencia policial. Más seguridad. No hay derecho a que estés bebiendo y te pase algo así". Algo, como un atropello mortal un sábado de madrugada en Los Remedios.

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