Local

Manita del Sevilla al Betis

el 19 nov 2012 / 09:43 h.

TAGS:

El partido que sueñan los entrenadores, jugadores, dirigentes y aficionados, en esas horas previas de nerviosismo a un gran acontecimiento, algunas veces se producen. El derbi sevillano es uno de esos acontecimientos que los protagonistas sueñan con una contundente victoria sobre el rival. Dicen, y demostrado está, que no siempre gana el que mejor llega al partido. Y hasta muchas veces una victoria es capaz de enderezar el rumbo de una temporada y hacer una metamorfosis de un equipo. El Sevilla le endosó una goleada (5-1) al Betis en un primer tiempo (4-0) de una intensidad que parecía haber perdido el equipo y hasta reivindicó a dos futbolistas. Reyes, con crédito bajo mínimos, hizo dos goles que le dan motivos para la esperanza; y Fazio, con opiniones divididas en la grada, doblemente goleador se gana a pulso su titularidad.

No es normal el error de un portero a los 15 segundos de partido como el que cometió Adrián poniendo en bandeja el primer gol a Reyes. Tampoco deberíamos crucificar al canterano, que debe sufrir como nadie por ese error y su significado en el partido. Aún más grave fueron los de Nelson y compañeros mártires en el centro de la defensa doblegados por la intensidad del fútbol sevillista y el poderío en el juego aéreo, amén de los desbordes en banda derecha de Cicinho y Navas, ante Álex Martínez, ayuno de apoyo de su compañero de banda Juan Carlos. El Sevilla fue tan superior al Betis en todos los aspectos del juego como dejó claro el 4-0 con el que se llegó al descanso. Con ese resultado el partido estaba terminado en sólo 45 minutos.

El segundo tiempo sobró. No hubo partido. El Sevilla fue perdiendo intensidad, el Betis se limitaba a estar en el campo sin convicción alguna y los goles de Rubén Castro y Rakitic  fueron sólo las anécdotas de un partido al que, repito, le sobró hasta la segunda parte. El Sevilla, con sus cuatro goles del primer tiempo, había sentenciado el primer derbi de la temporada. A partir de ahora, con el primer tercio de Liga cubierto y con los dos equipos luchando en la parte alta de la tabla, se abre una historia muy diferente. Los derbis se quedan para alegría de unos y tristeza de otros, aunque en la clasificación se contabilicen los tres puntos de la victoria, pero en la afición la sobrecarga anímica tiene un alto valor que no detecta la tabla clasificatoria. La manita el Sevilla al Betis satisface a un parte de la ciudad y escuece en la otra. Es el fútbol según Sevilla.

  • 1