La resaca de la eliminación de la Liga de Campeones ha sido amarga, muy amarga para el sevillismo. Todo el mundo sabía que la posibilidad de no pasar a cuartos de final estaba ahí, pero no que el Sevilla podría decir adiós a la máxima competición continental a nivel de clubes de la forma en que lo hizo: perdiendo en casa, ante un rival que pese a tener mucha calidad no está considerado favorito al título y dando una imagen realmente pobre sobre el césped. Manolo Jiménez, principal responsable del equipo, está siendo más señalado que nunca. Muy, pero muy bien tendrá que hacerlo de aquí a final de temporada para seguir al frente del banquillo nervionense.
Que Andrés Palop tenga un error tan incomprensible como el que cometió en el lanzamiento lejano de falta a cargo del japonés Honda no es culpa de Jiménez ; que Luis Fabiano falle un gol increíble a dos metros de Akinfeev con toda la portería para él a pase de Jesús Navas, tampoco; o que Kanouté haga lo mismo en una nueva acción del extremo de Los Palacios, con diferencia el mejor del Sevilla, tampoco lo es. Los jugadores también fallan, es obvio. Ahora bien: una cosa es eso y otra muy distinta es la sensación que transmitió el equipo: dubitativo y sin ideas en ataque, frágil en defensa ante un rival con calidad pero que jugaba replegado al igual que en la ida... Resumiendo: un Sevilla mal dirigido y alejado de su mejor versión posible.
QUINTO PARTIDO SIN GANAR. El problema es que esta eliminación entraba en más de una quiniela. Y no sólo por el hecho de enfrentarse a un adversario bien trabajado y con futbolistas importantes, sino por la enorme irregularidad que está mostrando el conjunto de Jiménez. El del martes frente al CSKA fue su quinto partido consecutivo sin ganar: 1-1 ante los rusos -resultado que sí puede considerarse positivo; 0-0 en el Sánchez Pizjuán ante el Athletic; derrota por 3-2 en el Bernabéu a manos del Real Madrid; empate en casa (1-1) con el Deportivo; y derrota ante los moscovitas, también como local.
DEL NIDO Y SU ANÁLISIS. En definitiva: no sorprende que el Sevilla haya caído eliminado pero sí que en una cita tan señalada no estuviese a la altura de las circunstancias. Hasta el propio presidente lo dice: "No fuimos capaces de ni creer que podíamos eliminar al CSKA". No habla de mala suerte, de errores puntuales... Habla de mentalidad, de mentalización y manera de afrontar un encuentro de máximo nivel. Labor del entrenador.
Ya se vio algo similar no hace mucho, en Getafe. La diferencia es que allí apareció San Palop -desgraciado e injusto su infortunio ante el CSKA, dada su espectacular campaña- para evitar que el equipo de Míchel sonrojase al de Jiménez dejándolo sin final de Copa.
EL FUTURO DEL TÉCNICO. Ayer, la afición -una gran parte de ella- mostró su malestar a través de todos los medios: prensa, foros, comentarios en la calle... Jiménez vuelve a ser el gran señalado, ya que se considera que el equipo no rinde al nivel que podría. Pero el de Arahal no ha sido el único. Monchi, director deportivo y responsable de los fichajes de jugadores que no están dando los frutos esperados, y hasta José María del Nido como cabeza visible de la entidad también han recibido críticas. ¿Tiene contados los días Jiménez o renovará si logra el pase a la Champions y/o el título de Copa, bagaje éste que sería idéntico o incluso superior al que ya le dio la renovación el pasado año?.
