Valencia, Barça y Real Madrid pondrán a prueba al Sevilla en el plazo de una semana, en la que será obligado hacer rotaciones para poder llegar al último de los tres choques con fuerzas. Dado que Manolo Jiménez tiene nueve 'intocables', la cuestión es saber a quiénes y cuándo afectarán sus decisiones.
Nadie quiere perderse la semana más intensa de lo que queda de campeonato. Sin embargo, el hecho de tener que disputar tres partidos en siete días obliga a dosificar el esfuerzo. Sin desmerecer al Valencia, cuya plantilla es de relumbrón, jugar contra Barcelona, el mejor equipo del mundo en la actualidad, y Real Madrid, el equipo de Juande, serían las dos preferencias de los futbolistas si hubiese que elegir. Pero Jiménez no puede atenderlas.
Aunque el partido de mañana no tenga el mismo cartel que los dos próximos, su importancia está fuera de toda duda. La derrota ante el Getafe, unida a la buena racha del conjunto de Unai Emery, ha hecho que la distancia respecto al cuarto clasificado se reduzca a ocho puntos. Con el Villarreal cayendo en una irregularidad peligrosa para sus intereses, el Valencia se ha aupado a esa cuarta plaza, de ahí que los puntos en litigio adquieran un especial valor. Jiménez es consciente de lo que supondría ganar, y por ello, salvo sorpresa, alineará a su mejor equipo con el fin de asestar el que sería un golpe casi definitivo, ante un rival directo, en la lucha por el objetivo.
A día de hoy, nueve futbolistas son intocables para el técnico: Palop en la portería; Adriano, Squillaci, Escudé y Fernando Navarro en defensa; Jesús Navas y Romaric en el centro del campo; y Kanouté y Luis Fabiano en la delantera. La recuperación de Duscher, tras causar baja ante el Getafe, y los problemas que han impedido a Renato trabajar estos días con normalidad pueden propiciar el regreso del argentino al doble pivote, junto a Romaric, lo que permitiría reservar a Renato para el miércoles. Diego Capel y Perotti se disputarían el puesto en la banda izquierda, con más opciones para el de Albox.
Para Jiménez, el dilema que se presenta es grande. Si en Mestalla el equipo se juega mucho, pues ganando daría un paso clave hacia la Champions y perdiendo podría complicarse la vida incesariamente, tres días después deberá visitar al Barcelona. Frente a éste, todo lo que sea no ir con un equipo de verdaderas garantías supone correr un serio riesgo. Teniendo en cuenta el escaso tiempo de recuperación y el posterior duelo con el Real Madrid, sus decisiones va a tener un gran peso y darán que hablar.
Suponiendo que, por ser el partido que está en medio, Jiménez decide rotar en el Camp Nou, su opciones de recambio a día de hoy son limitadas. ¿Daría entrada a Mosquera por Adriano en defensa? ¿Reservaría a Escudé o a Squillaci teniendo en cuenta que Drago vuelve a tener molestias, David Prieto ha caído en el olvido y que alinear al colombiano en el eje puede ser una concesión al líder? Quizá lo mejor sea no tocar la zaga, con lo que las rotaciones afectarían al centro del campo, siendo Renato la llave de todo. Su inclusión permite dar descanso a un compañero en el doble pivote o a uno de los delanteros. No sería la primera vez que juega frente al Barcelona de media punta. Si esto último se da, ¿qué cara, por ejemplo, pondría Luis Fabiano al verse suplente en un partido de esa talla?
Las decisiones que debe adoptar Jiménez esta semana no son fáciles. Para ningún técnico lo serían. Llegar al choque contra el Real Madrid con las pilas agotadas sería muy peligroso, y la idea de caer derrotado ante Juande no agrada ni al propio Jiménez ni a nadie en la entidad.
