Al mando de las charlas está Almudena, una ahorradora nata que cuenta con toda clase de artilugios en casa para consumir menos en electricidad, agua o alimentación. "¿Tenéis bombillas de bajo consumo en casa?". El público duda. "No. En algunos sitios quizá". Respuesta correcta, ya que las bombillas de bajo consumo son apropiadas para iluminar salas durante un largo periodo, pero no para alumbrar zonas de paso, porque consumen mucho al encenderse.
"¿Sabéis qué es un perlizador?", consulta Almudena a los futuros ahorradores. Aunque pocos cuentan con este instrumento en casa, los perlizadores son aparatos indispensable para ahorrar agua. Se trata de una especie de filtro que se coloca en la boca de los grifos para introducir aire en el agua que se expulsa. De esta manera, el consumo se reduce a la mitad, siendo la potencia de salida la misma o, incluso, mayor.
Tampoco hay que olvidar trucos tan populares como introducir una botella de agua llena en la cisterna para que ésta evacue menos litros de agua al tirar de ella o pintar las paredes de blanco para aprovechar la luz del día. Otra estratagema es colocar un cubo de agua para que se llene mientras sale el agua caliente de la ducha. "Luego se puede emplear ese agua para regar las plantes o fregar", explica Almudena. Y es que al ahorro se traduce también en un desarrollo sostenible y ecológico.
A la hora de llenar el carrito de la compra, también se cometen muchos fallos. El primero, en la dieta. Una alimentación sana no consiste en comer mucha carne a la plancha, según Almudena, que apuesta por el "cuchareo". Y es que un puchero alimenta más, es más sano y, además, más barato que la carne o el pescado.
María, por ejemplo, creía necesario comer carne y pescado para llevar una dieta equilibrada, hasta que asistió a estas jornadas. Esta madre de familia, gasta un mínimo de 400 euros en alimentación, con cuatro miembros en su hogar, dos de ellos menores. Según Almudena, manteniendo una alimentación sana, un adulto debe gastar 50 o 60 euros al mes sólo en alimentación, mientras que un niño gastaría de 70 a 80 euros. María se lleva las manos a la cabeza. "No puede ser".
Todos los asistentes a las jornadas reconocen pasar apuros para llegar a fin de mes. ¿Las causas? "Los impuestos nos ahogan", responden al unísono María y Caridad. "Mi marido no llega a los 1.000 euros y yo trabajo a media jornada. Ahora nos han dicho que le van a quitar un 33% de la paga extra y no sé qué vamos a hacer", se lamenta. Sin embargo, reconoce que pondrá en práctica muchos de los consejos que le dio Almudena, para poder estirar un poco más el presupuesto mensual.
"Asisto a todo lo que sea gratuito y con ludoteca", afirma María. Gracias a esto, ahora conoce trucos para ahorrar. Por ejemplo, que tiene que mirar bien las etiquetas. "Las marcas blancas son mejores de lo que las pintan en los anuncios".
