Será paradójico, pero la alineación que dispuso Manolo Jiménez para el partido de anoche ante el Zaragoza es una de las más ofensivas, de inicio, que se recuerdan por Nervión en las últimas temporadas. El amante de 'la portería a cero', de la seguridad en la retaguardia, también tiene su ramalazo ofensivo, aunque es cierto que hasta ahora no muy prolongado. Adriano, Renato, Perotti, Navas, Luis Fabiano y Negredo, y hasta Zokora y Konko, apurando, tienen vocación ofensiva, y el estilo del equipo se resiente, para bien. Anoche cayeron cuatro goles y si los partidos, al menos los del Sánchez Pizjuán, se meten en la dinámica de ida y vuelta en la que se vio envuelta el de ayer a lo mejor la desazón que dejaban los partidos locales la campaña pasada torna a entusiasmo.
Jugando a pitonisos, la plantilla del Sevilla incluso da margen para aventurarse en el futuro. O mucho cambia la cosa o no va a ser la de ayer la única noche en la que caigan los goles por doquier. Tampoco es jugar a la ruleta rusa. Luis Fabiano viste del Sevilla, Negredo y Kanouté, también. Y si hasta Konko y Perotti le cogen el gusto...
Desde luego a Marcelino García no se le dan bien ni el Sevilla ni Manolo Jiménez. Cada vez que ronda por aquí con alguno de sus equipos se lleva un saco, y de una forma o de otra el de Arahal le moja la oreja. Decía en la previa el entrenador del Zaragoza que no entendía cómo podía haber debate en torno a la figura de su colega. Desde luego cuando vuelva, que volverá (el debate), también debería volver él mismo por Nervión para erradicarlo recibiendo una goleada. Se le da bien al Sevilla y a Jiménez, caminos inescrutables del fútbol.
Y más misterios. Konko, que lo es en sí mismo. El año pasado ni se le veía ni se le esperaba. Esta campaña la ha empezado como una moto y apunta a la continuidad 'per se', justo cuando el Sevilla se gasta los cuartos en un posible sustituto.
