Gregorio Manzano se despidió ayer de la afición en rueda de prensa. Lo hizo dando gracias a todos y sin decir lo que realmente piensa sobre su marcha del Sevilla . Él mismo admite que se ha mordido la lengua en más de una otra ocasión para no enturbiar las aguas. Ahora, tras conocer de boca del club que no seguirá al frente del plantel , también prefiere guardar silencio. "Vine sin hacer ruido y quiero irme de la misma forma", comenta.
"Cada uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Parafraseando al presidente, yo tampoco he dicho en momentos puntuales lo que me dictaba mi corazón y mi cabeza, por el bien de la institución, del sevillismo y de la temporada en curso", explicó en la sala de prensa del Sánchez Pizjuán. Le acompañaron sus tres ayudantes. José María del Nido y Monchi no estuvieron.
"Si el presidente, con los años que lleva al frente de esta entidad, y uno de los mejores directores deportivos de España consideran que no somos las personas adecuadas para comenzar un nuevo proyecto, hay que ser respetuosos con las decisiones. Yo les di las gracias y no pedí explicaciones", dice Manzano.
El técnico, pese a todo, tiene su propia opinión de lo ocurrido, y la expone con estas palabras: "Los datos objetivos son incuestionables. Acabamos quintos, apeados de dos competiciones por sus respectivos campeones, dejando atrás a otro campeón como el Borussia Dortmund... Si estos datos no son suficientes para el presidente y el director deportivo, respeto su decisión y espero que sea la mejor para el Sevilla. Que todos la apoyen, porque no tengo nada que reprochar".
EL ÉXITO Y EL CADÁVER. "Nos sentimos muy orgullosos del trabajo realizado. Si no hemos llegado a la Champions, es porque no hemos sabido dar más. Pero lo hemos intentado y peleado. Ha sido una temporada dura y difícil. Si, aun así, ha sido un éxito, ese éxito es de todos. No puede ser que el fracaso deje un solo cadáver y el éxito sea de todos. Me siento partícipe de él. Para nada me he sentido abandonado. Sé cómo funciona el fútbol", añade.
Manzano se muestra conciliador y no quiere entrar en polémicas. "Agradecí al presidente y al director deportivo, y lo hago ahora públicamente, la idea de incorporarnos a trabajar en este club. Ha sido un honor, un orgullo. Este cuerpo técnico también quiere agradecer su actitud a la afición tan maravillosa de este gran club. Es todo un ejemplo".
UNA DESPEDIDA ALEGRE. El técnico lamentó que el momento de su fichaje no fuese el más idóneo, pero recuerda que éstos "no se eligen". "Cuando llegué, además de estar comenzada ya la temporada, el estado de ánimo era complicado. Primero había que elevar esa situación de ánimo, y se solucionó. Ahora me hubiera gustado comenzar una campaña desde el principio, pero ya no es posible. De todos modos, ésta es una despedida llena de alegría, respeto, no hay nada que podamos decir a la casa y a los sevillistas y deseamos a todos el mejor de los éxitos para el futuro", concluye.
