Sólo los titanes eran capaces de rebelarse a la furia de los dioses. Su poder y fortaleza desafiaban las leyes de la naturaleza, según los escritos de la mitología griega. La historia arrinconó a esos seres genuinos y fueron olvidados hasta que muchos siglos después reaparecieron en Marchena. Esos titanes del siglo XXI son capaces de mover camiones, realizar sentadillas cargando pesas de 220 kilos o llevar dos ligeras maletas de 155 kilos... cada una.
Cinco de estos elegidos pisaron el asfalto -y el albero- de la pista de atletismo de Marchena, donde se celebraba la segunda jornada de la Liga Nacional de Fuerza. Iban a ser ocho, pero tres se cayeron del cartel por sufrir lesiones. Entre los que sí llegaron había un ídolo casi local, Pedro Moriana Piña, de Casariche, que a sus 31 años ha sido hasta cuatro veces el hombre más fuerte de España. Se esforzó tanto por estar bien a su tierra que al final llegó tocado."Me he roto el bíceps", gritaba tras tirar al suelo una bola de 180 kilos que transportó unos metros. Pese a acabar lesionado, fue capaz de imponerse en una de las pruebas -en la que tenían que levantar cuatro cilindros de hasta 130 kilos- y, además, fue segundo en la clasificación. "Sé que podría haber hecho más", se lamentó después de ver cómo unos 200 vecinos, algunos de Casariche, animaban sin parar pese a estar a pleno sol.
"Esos sí que son héroes, con el calor que hace", dijo el ganador de la prueba, Julio Jiménez, nada acostumbrado a estas temperaturas. Lógico, es de Arévalo, en Ávila, donde se puede estar a 10 bajo cero. Pero esta fuerza de la naturaleza, curtida desde hace 21 años en el levantamiento de pesas, no desfalleció y ganó. Y, aunque sea modesto y diga que se debe a que se hidrató bien, su victoria no fue casualidad.
En cualquier caso, si hay alguien que no desfalleció fue el speaker de la prueba. En su camiseta lucía el sobrenombre de Pepe World y tenía una misión muy clara: entretener al público entre participante y participante. "Enseguida me voy a ir de viaje con esas maletas, mirad", gritaba, micrófono en mano, señalando a Juan José Díaz, de Girona y vigente campeón, que no tardó ni 15 segundos en cumplir con el trámite del llamado Paseo del Granjero: recorrer 20 metros con dos maletas de 155 kilogramos, una en cada mano.
Al final todos quedaron satisfechos. Hasta Daniel Vergés, que a falta de victorias -se quedó en el quinto puesto- sí tuvo una inyección de moral en la grada. A este policía de Granollers de dos metros de alto le animaron con gritos y, en especial, con una pancarta, donde se leía que sus fans venían de Albaida del Aljarafe. ¿Cómo es posible? Daniel, que sufrió algún traspiés en el día, tenía la respuesta: son sus primos y tíos de Sevilla, a los que vio hace tres meses, cuando se casó. "También irán a Córdoba", aclara, donde se celebrará la última prueba. Allí se proclamará al hombre más fuerte, pero también a los nuevos titanes. En esa última lista seguro que aparece el tarraconense Carlos Demattey, que se impuso en la jornada de la segunda división de la Liga Nacional de Fuerza, que también se festejó en Marchena.
