Local

María Graciani: «Estamos rodeados de vampiros que nos chupan nuestra energía»

Siempre quiso ser escritora. Y cuando se lo propuso lo logró con éxito. Con dos libros editados:Motivulario y A+BUE=LO, esta joven periodista acaba de ser galardonada con el Premio Joven Elocuent a la mejor joven comunicadora personal en España, una distinción que ha compartido en otras categorías con Rafa Nadal y Kike Sarasola. Optimista por naturaleza, está convencida que otros modelos de empresa, más humanos y felices, son posibles.

el 02 feb 2014 / 21:28 h.

TAGS:

La periodista María Graciani posa con el Premio Joven Elocuente a la mejor joven comunicadora. / Pepo Herrera La periodista María Graciani posa con el Premio Joven Elocuente a la mejor joven comunicadora. / Pepo Herrera En su perfil profesional de Linkedin, la sevillana María Graciani se define como celebrity speaker, autora y periodista. En lo primero parece imbatible; su palabra contagiante y su derroche de positividad convence allá donde se expresa. Con un tercer libro en camino y una carrera internacional en plena eclosión, toma aire antes de apretar el gatillo de una pistola de palabras de la que salen disparada eslóganes e ideas que ya comienzan a calar en muchas empresas. ¿Se levanta de la cama con la sonrisa puesta? Soy una IP(Ilusión con Patas), siempre me he definido como ‘la Ilusión’:Incesante Lealtad a Uno mismo Sinergia de la Pasión. Ahí lo lleva. Eso soy. En sus libros defiende que eso de ‘ir tirando’ no vale. Que hay que ir a por todas... ¿Arriesgado, no? Puede ser, puede ser. Pero lo verdaderamente peligroso es no intentar ir a por tu sueño. Si no lo intentas lo que tienes es un fracaso con mayúsculas. La vida puede ir tirando, razonablemente bien o a plena vivencia.Si uno se conforma con lo primero y le vale... bueno. Pero a la mayoría de las personas no le es suficiente, y se resignan.Eso es terrible. Si no luchas por ser uno más acabarás siendo uno menos. A usted la vida le iba razonablemente bien y se plantó. Decidió que iba a ir a por todas. Tengo una amplia formación y después de hacer muchas entrevistas de trabajo... nada. Así que un día, en el sofá, decidí empezar a escribir. Al primer mes ya tenía el compromiso de la editorial Empresa Activa de publicar mi primer libro. Todo empezó un poco antes, durante una sustitución que hice en Cobre Las Cruces. Cada mañana llegaba antes al trabajo y enviaba un e-mail que titulaba La felicidad matutina. En unas pocas semanas todos los trabajadores, del primero al último, querían recibir aquel correo lleno de mensajes optimistas. Usted parte del convencimiento de que existe una enorme grisura en el mundo empresarial. Por eso quizás, en tan poco tiempo, se ha convertido en alguien necesario. En las empresas existen demasiadas inercias y una manera de proceder que da poco aliento a la esperanza, a la superación. Si todas y cada una de las personas que integran una oficina no brillan todo se oscurecerá. Y de ese modo seguro que va a pique. Todos tenemos algo en nuestro interior que nos hace únicos, hasta el trabajador que aparente ser más gris tiene algo. Con un poco de nuestra parte que pongamos cada uno y con el buen hacer de los gestores que dirigen las empresas los trabajadores sacarán a relucir eso que llevan dentro, estarán en el sitio que más ilusión y empeño les cause. La cadena productiva, por tanto, será más beneficiosa. Otro de sus caballos de batalla es el hastío en el que viven sumidos muchos medios de comunicación, atenazados por la crisis económica y del sector. ¿La receta es nuevamente ilusión y optimismo? En el mundo de la comunicación existe un conformismo letal. Uno de mis maestros es mi perro Burque. Lleva seis años conmigo que, en edad canina, equivalen a 42 años humanos. Pasea casi siempre por el mismo sitio y su vida es muy tranquila. Y con su mirada me dice:“Gracias, esto me encanta”. Siempre es capaz de hallar algo nuevo en el parque, un detalle en el que ayer no reparó. Hay periodistas que a lo mejor llevan cinco años en una empresa y ya dicen que en su trabajo no hay nada nuevo bajo el sol. Esto es dramático. El espíritu de la crisis es demoledor y muchas personas que tienen trabajo lo están sobredimensionando. ¿Exageramos la crisis? Sí. Se da una excesiva relevancia a los dramas y se cuentan pocas historias en positivo. Para cambiar la tónica hacen falta ‘gestores de felicidad’ ¿no? Exactamente. Están los jefes tradicionales que no gustan a nadie y luego están los ‘gefes’ con ‘g’, los ‘Gestores de la Felicidad’, que son aquellos que hacen tangibles las ideas más positivas, más valiosas. Son aquellos que saben mirar dentro de las personas y ver lo mejor que llevan dentro. Aquellos que dan aliento, que motivan. Aquellos que valoran antes el capital humano que los recursos humanos. Al final estamos hablando todo el tiempo de motivación. Es que es fundamental. La motivación es una energía. Y en el mundo actual estamos invadidos por vampiros energéticos que te chupan la vida, te hunden la moral, son como un tren de mercancías que te pasa por encima y te arrasa. Hay que mantenerlos a raya. ¿De todos los eslóganes que maneja, cuál es el mejor para afrontar cada mañana? Yo voy a todo gas porque tengo grandes aspiraciones. Podría ser ese, desde luego. Porque es así como hay que salir a la calle. ¡Buenos días con alegría! Nada de ir tirando, nada de como siempre, nada de aquí estamos. Optimismo, ilusión, motivación, ese es el mejor mantra. Ese y saber determinar cuáles son nuestros sueños; perseguirlos, ir a por ellos, conquistarlos, cueste lo que cueste. Sólo tenemos una vida.

  • 1