El día 31 María José Tirado tomará posesión como hermana mayor del Rocío de Los Palacios y Villafranca convirtiéndose en la tercera mujer en Sevilla con un cargo de este tipo y en la primera en su pueblo.
-Tras las hermanas mayores en La Puebla del Río y Las Cabezas de San Juan, se convierte en la tercera en la provincia y en la primera en su pueblo, ¿cómo llega a un cargo como éste una mujer?
-Es el resultado de mi propia evolución dentro de la Hermandad del Rocío, donde llevo 11 años en la junta de gobierno. Entré en 1988, cuando sólo era una niña. He pensado que la corporación necesitaba un cambio que podíamos representar yo misma y las 43 personas que me apoyan en la junta de gobierno.
-El resultado de las votaciones fue aplastante.
-Sí, se contabilizaron 543 votos, de los que yo me llevé 352, y eso que hubo algunos en blanco.
-Dicen que el ya ex hermano mayor, José Calancha, no se lo esperaba...
-Él no, pero yo sí, porque llevaba mucho tiempo hablando con la gente y sintiendo el pulso de lo que la mayoría deseaba.
-De las 106 filiales que existen actualmente, sólo 16 tienen a una mujer en el cargo. ¿Es éste un mundo machista como piensan algunos?
-En Los Palacios y Villafranca no especialmente, pero también depende del hermano mayor que hayamos tenido en cada momento. En otros lugares sí, pues incluso hay juntas de gobierno sin una mujer... Cuando yo entré por primera vez con Juan Poley, estábamos emparejados como novios o matrimonios, así que había paridad.
-¿Qué le gustaría cambiar con su nueva ocupación?
-Quiero que quienes van al Rocío no vean ésta como la única forma de ir, sino como una forma de vida durante todo el año. Quiero que la gente viva la romería como una peregrinación. No puede ser que de Los Palacios y Villafranca vayamos 1.000 y nos presentemos seis en la misa.
-¿Es una rociera atípica?
-Yo vivo el Rocío como una forma de estar en la iglesia, y eso no es lo habitual. Del mismo modo, no soy una persona que cante, ni baile ni monte a caballo. Una compañera de trabajo se extrañó muchísimo cuando supo que yo era rociera. "¡Pero si tú no cantas, ni te gusta bailar en las fiestas ni te hemos visto nunca con la medalla!", me decía. Me gustaría que todos tuviéramos unas catequesis de formación porque no quiero que haya gente en mi junta de gobierno que no entienda los distintos ritos de la liturgia.
-No obstante, viene de una familia rociera, ¿qué piensan sus padres del nombramiento a sus 32 años?
-Mis padres están contentos. Yo les digo que mi cargo es un regalo para ellos, el fruto de lo que han sembrado.
