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Mariano no arroja la toalla

Mariano Rajoy ha necesitado día y medio de meditación, tras la derrota en las urnas del pasado domingo, para perfilar su futuro. Si sus palabras de la noche electoral en el balcón de la sede del PP en la Calle Génova y las temerosas explicaciones de Angel Acebes en la tarde del lunes sobre el futuro...

el 15 sep 2009 / 01:35 h.

Mariano Rajoy ha necesitado día y medio de meditación, tras la derrota en las urnas del pasado domingo, para perfilar su futuro. Si sus palabras de la noche electoral en el balcón de la sede del PP en la Calle Génova y las temerosas explicaciones de Angel Acebes en la tarde del lunes sobre el futuro de su líder pronosticaban casi el virtual abandono de Rajoy, su decisión ha sorprendido a más de uno dentro y fuera del propio Partido Popular. Rajoy no sólo no lo deja tras su segunda derrota electoral frente a Zapatero, sino que volverá a presentarse a la reelección como máximo responsable del PP y anuncia además que se la jugará de nuevo frente al líder de los socialistas en los comicios generales de 2012. Y aunque como buen gallego no ha querido desvelar qué equipo le acompañará en su tercer intento de conseguir la presidencia del Gobierno es absolutamente previsible que muchas de las caras que han 'marcado el paso' del líder popular durante los últimos cuatro años desaparecerán de la primera línea. Será obligado si Rajoy pretende de verdad salir airoso de su nominación en el próximo congreso del partido convocado para dentro de dos meses. De lograr ese primer objetivo -cualquier otro peso pesado del PP puede presentar también su candidatura en la macrocita de abril- Rajoy tendrá que estar preparado que soportar la enorme presión de casi todos los medios de comunicación afines a la derecha política que la misma noche electoral ya pedían con insistencia su relevo sin rodeos. Tampoco estará libre del acoso de algunas figuras muy relevantes del partido -la más visible Esperanza Aguirre- que estaban casi convencidas que Rajoy arrojaría la toalla tras el 9M. No será pues un camino de rosas para él esta legislatura que ahora se estrena pero los más de diez millones de votos que consiguió el domingo pueden ser un aval suficiente para intentarlo de nuevo. Siempre claro que modifique buena parte de su conocido discurso y la mayor parte de su equipo. Rajoy es capaz de hacerlo. Si le dejan.

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