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Mariano Pulido, el futbolista precoz

Mariano José Pulido Solís (Marchena, 1956) es un ejemplo de amor al fútbol y un caso evidente de futbolista precoz, que siempre jugó en una categoría superior a su edad

el 02 abr 2013 / 10:43 h.

pulido3 Mariano Pulido, con Super Paco y Paco Gallego (Foto SFC). La revista Football Club publicó en su último número un reportaje, que la web oficial del SevillaFC reproduce, sobre Pulido, donde resalta su dimensión futbolística y personal Mariano José Pulido Solís (Marchena, 1956) es un ejemplo de amor al fútbol y un caso evidente de futbolista precoz, que siempre jugó en una categoría superior a su edad, enfundándose la camiseta del Sevilla FC con sólo 17 años de la mano de Santos Bedoya y en Primera con 19 años, gracias a Roque Olsen, en un puesto de máxima responsabilidad, defensa libre. Fue olímpico en Montreal y vistió la casaca nacional en todos los escalafones inferiores, desplegando un aura serena y madura a pesar de su juventud y sacando el balón jugado desde atrás con técnica depurada. A Pulido le tocó jugar el fútbol recio, preñado de zagueros duros de patadón y tentetieso, sin embargo se inscribe en el bando del mariscal Álvarez, Rivas o Catalán, que trataban con esmero la única herramienta de su oficio. Hasta para marcharse del club lo hizo joven, con 24 años. Enamorado de la formación, tras su retirada ayudó a forjar a jóvenes talentos con el sello diferencial de la escuela sevillana. Muchos aficionados de entonces le recuerdan su aire a lo Beckenbauer,por su gran manejo de la situación. Ahora, con 56 años -como su año de nacimiento- lucha a brazo partido con su salud. Sin duda, fue un adelantado a su tiempo, aunando calidad futbolística y humana. “Comencé a los 12 años de infantil en el 68. Por un amigo me presente a Pepe Alfaro, mi primer entrenador. Siempre fui un adelantado por edad. Cuando infantil jugaba en juveniles y cuando juvenil lo hacía en el Sevilla C y después en el filial. Fui un jugador precoz en todo. Con Santos Bedoya en el Sevilla Atlético me hizo jugar antes de tiempo junto a Montero y en el Sevilla lo hice con 17 años, después del ascenso. De hecho, de los entrenadores que guardo mejor recuerdo son el fallecido Pepe Alfaro y Santos Bedoya, fundamental para subir al primer equipo y después Roque Olsen que me dio la alternativa en Primera con 19 años. Tuve también a Luis Carriega y a Miguel Muñoz pero ellos no confiaron tanto en mí. Fui cedido al Elche con 22 años en el 78, estando Carriega, volví con Miguel Muñoz pero, como no me daba bola, salí del Sevilla con sólo 24 años”. Si Pulido fue aventajado en edad, también lo fue por su juego: “Si, fui un adelantado porque era un defensa muy sereno, técnicamente bien dotado y además no daba patadas. Antes se estilaba el futbol recio con entradas criminales y el futbolista entonces no estaba tan respaldado como ahora. No había ni tarjetas. Yo jugaba de libre y me gustaba sacar el balón desde atrás. Antes estuvieron Catalán con un estilo parecido y Rivas, que somos cuñados, mi mujer y la suya son hermanas. También Álvarez fue un gran futbolista de ese perfil y esa idea de juego”. El de Marchena se codeaba con ilustres del balón: “Me acuerdo de enfrentarme a Cruyff, Leivinha, Keita, Kempes. En una jugada que venían Cruyff y Sotil en una contra, les corté el balón de cabeza con inteligencia, sin entrarles. Muchos aficionados me lo dicen aún cuando voy a las peñas. Era el hombre libre, los marcajes -excepcionales, por cierto- los hacía Gallego. Era sensacional, hacia un trabajo enorme y tenía una fuerza inmensa. Eso me facilitaba el trabajo. Los técnicos me reñían porque salía mucho con el balón controlado, no pegaba el patadón”. Pulido fue olímpico en los Juegos de Montreal, aunque antes había jugado en todos los escalafones inferiores de la selección, jugó en Italia, Suecia…cuatro años seguidos de juvenil: “Una vez me convocaron pero estaba lesionado y no pude ir con el grupo de Migueli, Cortabarría y otros”. Periplo viajero Pulido jugó 70 partidos del 73 al 80. La 75-76 fue su mejor campaña. Pero tras sus buenos años se tuvo que marchar porque no contaban con él: “Cuando volví de Elche, Muñoz cogió a una serie de futbolistas y estuvo todo el año con ellos. Para un partido en Las Palmas no había centrales y él se llevó a Nimo. En Castellón ascendimos a Primera con Benito Lloanet. Estaba Roberto que jugó en el Valencia y en el Barça, Planelles, Ferrer…Estuve cinco años en Linares en Segunda A y fui compañero del fallecido Manolo Preciado. Siempre perdonaba el dinero que me debían. Jugué en Ceuta y en Écija pero ya no tenía la misma ilusión”. Ya de técnico, entrenó en los infantiles del Sevilla, al Alcalá al que ascendió a Tercera, Los Palacios, Pilas, Marchena. Regresó a la cantera nervionense en el 98…y hasta hace dos años. Tuvo a José Mari, Lauren, Velasco, Campano, Antoñito, Corona, José Carlos, Cotán, Julián...”Este chaval es fiel ejemplo de superación. Llegó casi sin fundamentos técnicos y ahora es otro. Por el contrario, alguno que prometía se perdió por su mala cabeza”. La formación, su pasión Toda una vida dedicada al futbol, más de 40 años: “Del Sevilla Atlético para abajo he tenido a muchos, los más recientes Luis Alberto, Salva, Jozabed, Pavón, chavales que han sacado la cabeza. Con Pavón me emocioné viendo un reportaje suyo en SFC TV. Dijo que yo era especial, por la forma en la que les hablaba. Para mí es el mejor premio. Toda mi vida he sido jugador o entrenador, pero mi gran pasión es la formación. Terminé hace dos años en los cadetes del Sevilla. El pasado estuve con Francisco en Metodología y Tecnificación haciendo trabajos de mejora técnica. Ahora sigo viendo videos y paso informes al club. Estoy sufriendo mucho por no poder seguir disfrutando de mi pasión llevo toda la vida en esto”. Además, como Luque y Álvarez (aunque éste se marchó pronto a Alemania) Pulido evoca raíces de su Marchena natal: “Hace poco nos dieron un galardón a los tres en una peña sevillista”. A Pulido no le importa decir que tiene un proceso degenerativo, aunque congnitivamente sigue bien. Las dentelladas de la enfermedad no le arredran y sigue viniendo por el club, con el apoyo de su mujer Lola. Tiene dos hijos, Jorge de 27 años, que estuvo jugando en el Sevilla y ahora esta en el Fuenlabrada. Y Sara de 31, de ella tiene ya una nieta de 10 meses: “Parece que tiene mis genes porque le gusta darle a la pelota”. Ellos son el futuro. Él evoca su pasado: “Mi época fue sobre todo de canteranos. Estaban Baby Acosta, Esparrago y Biri-Biri, el resto éramos todos de aquí, Blanco, Juanito, Yiyi, Montero, Rivas, Gallego, San José y otros que se me olvidan ahora”. Pulido sin embargo no quiere olvidar algo: “Estaré eternamente agradecido al presidente Del Nido, Monchi y Pablo Blanco por darme vida y dejarme seguir trabajando estos años por el club”. Este marchenero de pro nos sigue regalando así su trato afable y su bonhomía. Su lema VIT del Ajax      Pulido ha sido un catedrático en el laboratorio de la carretera de Utrera. Su librillo de maestro tiene subrayado -en rojo- este legado: “Siempre he intentado que los chavales disfruten con lo que hacen. Siempre he priorizado la progresión del futbolista antes que la mía como técnico. Siempre he sido un enamorado de la técnica, me gustan mucho los futbolistas que son diferentes y he tenido siempre claro darles libertad, iniciativa, que desarrollen todo lo que llevan dentro. Que no se asusten y que jueguen a su aire. Como Luis Alberto, Cala o Luna, éste jugaba de interior y yo lo puse atrás. Cala jugaba de mediocentro y lo convertí en central. A los chavales hay que darles confianza. Todos se acuerdan de mí. Las claves de una buena preparación son la técnica y el aspecto psicológico del futbolista. Soy un enamorado del Barça, sus jugadores ejecutan incluso antes de que les llegue el balón. Mi lema es el del Ajax: VIT, velocidad, inteligencia, técnica”. No hay nada más que añadir.  

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