Cultura

«Marilyn Monroe lleva detrás mía desde que era estudiante»

La actriz sevillana encarna hoy y mañana en las tablas del Quintero a la inmortal diva en una obra que se adentra en la compleja personalidad de un icono lleno de zonas oscuras

el 09 ene 2015 / 16:00 h.

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La actriz Paz de Alarcón, en plan Marilyn en plena calle Cuna. / Pepo Herrera La actriz Paz de Alarcón, en plan Marilyn en plena calle Cuna. / Pepo Herrera

Apenas bajar el telón de Las mujeres que hay en mí, la actriz sevillana Paz de Alarcón se enfrentará hoy y mañana a uno de los mayores retos de su trayectoria con el estreno de Desnudando a Marilyn en el Teatro Quintero (21.00 horas, entradas 12 euros). En el montaje recrea las últimas horas de vida de la gran diva norteamericana. El montaje, que dirige Estrella Távora, no muestra únicamente a Marilyn Monroe en el apogeo de su carrera, rodeada de glamour. Al contrario, bucea en el lado más humano del mito.

—¿Cual es el mayor riesgo que asumió cuando decidió llevar a escena la obra? —Lo que más me preocupa es no estar a la altura de lo que puedan esperar los fans de Marilyn. Toda persona tiene su propia imagen de la actriz. Las mujeres tienen su Marilyn, los gays también... Espero no decepcionar a nadie porque, al final, yo decidí mostrar a la mía propia, que es más Norma Jean Baker que Marilyn Monroe.

—¿Por qué centrarse en su lado más turbio? —Yo diría que nos centramos en la Marilyn frágil. Llegamos a esta decisión tras meses de investigar y redescubrir al personaje. Hemos hurgado en su personalidad, buscando siempre la esencia de Norma Jean. Como ella mismo quiso crear un personaje icónico, que sabía iba a trascender en el tiempo. Un mito que basó en la fragilidad y en la indefensión.

—El proyecto llegó a sus manos de una forma peculiar. —Si, estaba en Cuba interpretando mi anterior obra. Allí me vio el actor cubano Luis Oreste Grau que inmediatamente me identificó con la estrella norteamericana. Él había escrito hacía mucho este texto sobre Marilyn y nunca se había llevado a cabo. Me lo entregó y yo sólo añadí números musicales, para darle más vivacidad.

—¿Le preocupa dar con el perfil físico adecuado para que la identifiquen con Marilyn? —No, nunca fue eso lo que más me inquietó. Sé que hoy con la caracterización adecuada se podía hacer perfectamente. El reto mayor, insisto, es conseguir mostrar la fragilidad que la abocó al triste final que todos conocemos. Porque, efectivamente, sus últimos días fueron una auténtica novela policíaca. Mantenemos que la actriz fue asesinada. Aquello no fue un suicidio. Había demasiados intereses alrededor de ella. Y tenía muchas informaciones sensibles.

—¿Ha cambiado su visión del personaje ahora que lo encarna en el escenario? —Completamente. Me ha impresionado conocer su soledad, su necesidad de amor, cómo consiguió llegar hasta donde se propuso y lo que sufrió por ello.En el fondo sólo era una niña asustada deseando que alguien la abrazara.

—¿Como actriz era un referente especial para usted? —Debo confesarle que nunca me llamó especialmente la atención. Sin embargo, cuando me formaba, siempre me pedían que hiciera de Marilyn. Incluso en una gala de Canal 2 Andalucía me solicitaron que cantara como ella el Cumpleaños feliz. Creo que Marilyn me ha buscado a mí desde que comencé a estudiar para ser actriz.

—Aborda aquí un registro claramente dramático. ¿Supone un momento estelar de su carrera? —He trabajado mucho en televisión y llevo años defendiendo el cabaret en los escenarios. Pero esta obra me exige una parte de mí que no estoy acostumbrada a explorar. No hay nada frívolo aquí, es una enorme responsabilidad actoral.

—¿Ha salido la obra tal y cómo la había imaginado? —Sí. Salvo que llevo una big band enlatada que me acompaña en seis temas musicales. Mi sueño sería poder contar con esos músicos en directo. ~

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