Alfredo Pérez Rubalcaba y José Antonio Griñán son de la misma generación política, aunque el líder federal sea cinco años más joven que el andaluz. Por eso cuando ayer en el Parlamento andaluz el secretario general de los socialistas andaluces y presidente federal del partido defendió con vehemencia la necesidad de dar paso a otra generación política y dejar entrar savia nueva, muchos entendieron que sus palabras eran un misil directo con destino a Ferraz. El PSOE andaluz, en concreto Griñán, es en estos momentos el principal sostén de un líder federal que está cogido por alfileres. Andalucía no solo es la federación más poderosa y la que ostenta el mayor poder institucional tras la debacle electoral de hace año y medio, también ha sido en los últimos tiempos la que ha frenado las operaciones de derribo de los críticos contra el secretario general. De ahí que la sucesión de Griñán haga estallar las costuras internas, por más que ayer desde Madrid salieran a desmentir que vaya a influir en nada en el calendario previsto para nombrar candidato a la presidencia del Gobierno y que hasta ahora la mayoría del PSOE situaba lo más cerca posible de las elecciones de 2015 como mejor opción.
Desde Bruselas, Rubalcaba calificó de atinado el anuncio de Griñán de retirarse de la primera línea de la política y no volver a optar a la reelección. He hablado con el señor Griñán largamente sobre este asunto y comparto sus decisiones, me parecen atinadas, respondió brevemente el líder socialista. Los dos compartimos también que el calendario del PSOE es el calendario del PSOE y no va a cambiar por esta decisión que corresponde a la Junta de Andalucía y que es de y para Andalucía, se limitó a añadir.
La vida interna del Partido Socialista tiene en los próximos meses dos fechas clave. En primer lugar, precisamente en Andalucía, en Granada, el próximo 6 de julio está convocado el Consejo Territorial, que reunirá a los 17 barones socialistas con la cúpula de Ferraz para pactar el modelo federal. El cónclave se celebrará cuando el PSOE andaluz, si se cumple el guión previsto, ya haya arrancado la maquinaria interna para unas primarias que designarán al sucesor de Griñán y candidato a la presidencia de la Junta. El PSOE eligió Andalucía en un gesto para reforzar las posiciones de esta federación al hablar de modelo de Estado frente al PSC y las tensiones que existen con Cataluña. Entonces en Ferraz ni siquiera barruntaban que unas primarias estarían en marcha.
La próxima cita importante se sitúa en otoño, en octubre, cuando el PSOE tiene en agenda su Conferencia Política. En ningún caso hasta ahora se manejaba la posibilidad, pedida por varios sectores del partido, de adelantar unas primarias para designar al candidato a la presidencia del Gobierno. Primero tocarían las primarias para designar a los candidatos a las municipales y las autonómicas que toquen. Después, se ocuparían de las generales. Rubalcaba aún no ha descartado presentarse en esta contienda, aunque ayer Griñán, con su discurso sobre la importancia del relevo generacional, dejó claro que es difícil que apoyen esta opción.
La relación entre el dirigente andaluz y Rubalcaba está llena de altibajos. El PSOE-A trabajó activamente por Carme Chacón en el último congreso federal, que se celebró en Sevilla en el inicio de 2012. Ganó Rubalcaba y en un gesto de paz aupó a Griñán a la presidencia del partido en lugar de Manuel Chaves. Después han existido tiras y aflojas, aunque en los últimos tiempos el socialismo andaluz ha apuntalado a Rubalcaba en su débil liderazgo federal.
La diputada Carme Chacón saludó ayer con entusiasmo la decisión de Griñán por la responsabilidad que esto implica, a su juicio, al pensar en un relevo generacional. Eso sí, evitó pronunciarse sobre las consecuencias que esto puede tener para el partido.
Por su parte, Manuel Chaves dijo desconocer las razones que han podido llevar a Griñán a dar un paso atrás. Quien fue el peso pesado del socialismo andaluz durante dos décadas pidió que sean cuales sean las razones no se interprete en clave interna dentro del PSOE. Se mostró convencido de que esta situación no va a condicionar la agenda de Rubalcaba.
Se desconoce con exactitud el alcance que tendrán las primarias de Andalucía en el ámbito nacional, aunque queda claro por las reacciones que unos lo celebraron más que otros. Rubalcaba y su equipo guardaron las formas pero sin ningún entusiasmo.
