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Mario se va a Bakú con el contrato que el Betis no le daba

El canario triplicará sus ganancias y su agente se muestra molesto con el club por su exceso de celo con las lesiones. Se marcha a una liga donde el fútbol es gratis y aún así apenas cuenta con aficionados.

el 30 jul 2013 / 00:09 h.

Mario Álvarez ya sabía desde hace unas semanas que no iba a continuar en el Betis. Hoy viaja junto a su agente, Pablo García Quilón, para firmar con el azerbayano FC Bakú el contrato que la entidad heliopolitana no le ofrecía ni de lejos. Ha esperado todo lo que podía esperar al Betis, incluso descartando en el Elche un contrato superior a la renovación planteada por Vlada Stosic, intentando dar oportunidad a un acercamiento in extremis. Pero el Betis no se movió de su posición, en la que sólo le ofrecía una temporada, con un fijo bajo y una serie de incentivos por partidos jugados. El club quería guardarse las espaldas porque el historial de lesiones del jugador de Santa Cruz de Tenerife es amplio. Sólo ha disputado 34 partidos en dos temporadas, 12 en la 2011-2012 y 22 en la pasada. No obstante, a este respecto, el agente del jugador, Pablo García Quilón, expresaba cierto malestar porque cree que Vlada Stosic ha puesto un exceso de celo en este apartado médico. “Te aseguro que Mario no tendrá mañana ningún problema para pasar el reconocimiento médico. Lo que no puede ser es que se cuente como lesión futbolística una caída en bicicleta”, observaba García Quilón, dejando entrever que el Betis ha basado su baja oferta en el número de lesiones contabilizando también ese caso, en el que se fracturó la clavícula en la pretemporada de hace justo un año, cuando hacía trabajo de recuperación por sus molestias en los gemelos. “Se va con pena, y muy agradecido al Betis y a la afición. Se hubiese quedado por mucho menos de lo que le van a pagar en Bakú, tampoco pedíamos eso. Quería quedarse y sabíamos que Pepe Mel le quería, pero así son las cosas. Está contento por esta oportunidad que le dan y con ganas de empezar ya a trabajar”, aseguraba. Aterriza en una liga donde también juega otro exbético, el guardameta Toni Doblas, que defiende la portería del Khazar Lankaran, y llega a uno de los dos equipos de Bakú (el otro es el Inter Bakú), y donde compartirá equipo con el soriano Mario Martínez, que llegó de la liga chipriota la temporada pasada. Será un buen apoyo para su tocayo canario, porque el choque de culturas con un país musulmán, e incluso por lo que respecta al fútbol es muy, muy importante. Así lo explicaba en una entrevista reciente en el Diario de Soria Mario Martínez. “En el vestuario nos saludamos cada mañana como si hiciera un montón de tiempo que no nos viéramos, con besos incluidos”, apuntaba el que fuera centrocampista de Numancia, UD Las Palmas, Zamora o Real Unión. “Rezan seis o siete veces al día y ves a tus compañeros rezando en cualquier lugar del vestuario”. Explicó además el choque de cultura futbolística. El fútbol es gratis. Cualquiera puede entrar a un campo sin pagar, pero aún así el ambiente es muy frío. “Nuestro estadio tiene un aforo de 5.000 espectadores y no pasa de 300 el número de seguidores en la grada. Me costó bastante adaptarme a esta situación porque los partidos parecían un entrenamiento”. La vida es “de casa al entrenamiento y del entrenamiento a casa”, aunque asegura que la ciudad es bonita. Y cuenta alguna particularidad. “No me atrevo a conducir. Voy en taxi a entrenar. Van como locos y da miedo. El primer día que llegué me quedé alucinado. Conducir en dirección prohibida es algo normal”. Un cambio brutal para Mario Álvarez, que no ha tenido la suerte necesaria y que merecía en el Betis.

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