Cultura

Marisa Paredes lleva a Ingmar Bergman al Lope de Vega

El Teatro Lope de Vega de Sevilla acogerá desde hoy y hasta el próximo domingo día 7 de diciembre la obra Sonata de otoño, del director de cine Ingmar Bergman, que en esta versión teatral está protagonizada por Marisa Paredes, Nuria Gallardo, Chema Muñoz y Pilar Gil, bajo la dirección de José Carlos Plaza.

el 15 sep 2009 / 19:15 h.

El Teatro Lope de Vega de Sevilla acogerá desde hoy y hasta el próximo domingo día 7 de diciembre la obra Sonata de otoño, del director de cine Ingmar Bergman, que en esta versión teatral está protagonizada por Marisa Paredes, Nuria Gallardo, Chema Muñoz y Pilar Gil, bajo la dirección de José Carlos Plaza.

La representación de la obra se encuadra dentro de una gira que comenzó el pasado ocho de abril y que finalizará el próximo 20 de diciembre, mientras que la parada en la capital hispalense supondrá la función número 80 de Sonata de otoño, así como alcanzar los 35.000 espectadores.

En rueda de prensa, la propia Marisa Paredes -que estuvo acompañada por el director del Teatro Lope de Vega, Antonio Alamo- destacó la figura de Bergman como "uno de los autores y creadores que han dejado en el cine una impronta personal y distinta", todo ello a través de la puesta en escena de un cine "contracorriente y completamente distinto".

La actriz, con más de 30 años de experiencia profesional y que ha actuado en decenas de montajes teatrales y protagonizado películas en países como Francia, Italia, Argentina y México, detalló que la obra -escrita en 1978- narra el reencuentro "lleno de rencor y de mala sangre" de una madre y su hija. Sonata de otoño transcurre en una rectoría de una pequeña ciudad de Noruega, en pleno campo, y pretende acompañar a Bergman en un paseo a través del alma de las personas.

Así, la pieza está estructurada como una lucha, un encuentro físico entre dos almas separadas que mantienen diferencias infranqueables tanto en las vivencias como en los recuerdos, incluso en los que fueron compartidos.

Así, un joven matrimonio compuesto por un pastor protestante y su joven esposa viven aparentemente felices en un pueblecito montañés. Ella hace siete años que no ve a su madre, Charlotte, y decide invitarla a pasar unos días en su casa. Allí vive su otra hija, a quien no ha visto desde hace años por puro egoísmo.

Según dijo Marisa Paredes, se trata "de una relación fortísima y llena de reproches de la hija -Eva, papel interpretado por Nuria Gallardo- hacia su madre -Charlotte, interpretado por Marisa Paredes-", una hija "que no ha crecido y que no es adulta" y que, a su vez, perdió un hijo que cayó a un pozo.

Así, Eva "vive con la imagen del niño desde el punto de vista mental", lo que lleva a la madre -que tiene otra hija con una enfermedad mental que ha ido dejándola casi inmóvil y con problemas hasta para poder hablar- "a preocuparse seriamente por ella y por el hecho de que pierda la cabeza". "Una cosa es vivir con el recuerdo de alguien y otra vivir con alguien", apostilló Marisa Parades.

La trama de la obra sirvió a Paredes para reflexionar sobre las relaciones entre padres/madres y hijos/hijas, y puso como ejemplo el caso de su hija, también actriz, "de la que todo el mundo está pendiente por ser 'la hija de' y a la que le he dicho que jamás intente imitarme y que encuentre su propio camino".

Por último, Marisa Paredes - quién fuera presidenta de la Academia del Cine Español del año 2000 al 2003- se refirió a los padres que "destrozan" a sus hijos "por sobreprotección, pues los tienen entre algodones y, al salir a la calle, surge el típico fracaso", todo lo cual le llevó a sentenciar que "ser padre o madre es el papel más difícil que se puede tener, sobre todo si se es madre".

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