Mientras sus compañeros se ejercitaban a puerta cerrada en el campo exterior habitual de la ciudad deportiva, Marko Marin lo hacía a las órdenes de uno de los recuperadores sobre el césped del campo central. Después de que ayer no entrenara afectado por una gastroenteritis, según explicó el club en un parte médico, el alemán trabajó con aparente normalidad, fundamentalmente con ejercicios de conducción de balón en un circuito que acababa con un disparo a puerta. Aunque no fue una sesión en la que se empleara a alta intensidad, lo cierto es que Marin trabajó con normalidad, a la espera de que pueda volver a trabajar con el grupo en los próximos entrenamientos.
