Sin parar de llorar en silencio, con los ojos enrojecidos y el gesto contraído, el rostro de Eva Casanueva fue ayer mucho más expresivo en su dolor por el crimen de su hija, Marta del Castillo, que cualquiera de los manifiestos que se leyeron o de los gritos que pudieron escucharse contra los supuestos autores de la muerte de la joven y a favor de un endurecimiento del Código Penal para delitos de esta índole.
"Ahora mismo no tengo muchas fuerzas para hablar, pero gracias en nombre de mi niña", dijo Eva al finalizar una manifestación convocada al cumplirse los nueve meses del crimen, ocurrido el 24 de enero.
Aunque arropada por casi un millar de personas, se la vio más sola que nunca al no estar abrazada a su marido como la pareja ha hecho hasta ahora en todos los actos públicos, antes de que Antonio del Castillo se mudara por motivos laborales a Madrid, donde vive entre semana.
A las seis de la tarde, a las puertas de su casa en el barrio de Tartessos, Eva se situó tras la pancarta que abría la protesta junto al abuelo de Marta, José Antonio Casanueva, y soportó estoicamente dos horas de camino hasta la Plaza Nueva. A sus espaldas, gritos como "Marta somos todos", "Hoy es Marta, mañana vuestros hijos" o "Señor juez, que puede ser tu hija".
Al acabar la marcha, la coordinadora de la Plataforma Marta del Castillo, María Antonia López, leyó un manifiesto en el que volvió a pedir un endurecimiento de las penas para los delitos de sangre, pidió que se siga buscando a la joven y sentenció: "Yo vengo hoy aquí a preguntar ¿dónde está Marta? Y no quiero venir dentro de 20 años a esta plaza y seguir preguntando ¿dónde está Marta?". Entre los asistentes se encontraban el portavoz del PP municipal, Juan Ignacio Zoido, y tres de sus concejales, que el sábado también asistieron a una misa en la Macarena en memoria de la joven.
"Podrán olvidarte los asesinos, la Policía, los jueces, los fiscales, el Gobierno, pero no tu familia ni las personas de bien que queremos que tu cuerpo deje de ser profanado por esos delincuentes", insistió, arrancando gritos de "asesinos" a los asistentes, que interrumpieron numerosas veces su discurso para pedir "Justicia" o para aplaudir.
"España es un paraíso para los verdugos y un infierno para las víctimas", insistió López, en alusión a que "no se haga confesar" dónde arrojaron el cadáver a los cinco imputados, tres de los cuales siguen en prisión.
El abuelo de Marta también criticó que el menor imputado, El Cuco, vaya a salir del centro cerrado el 16 de noviembre al cumplirse el máximo tiempo de reclusión de la Ley del Menor, por lo que también reclamó cambios en este texto legal. También volvió a reclamar a la Policía que siga buscando el cadáver, y al juez que dicte un auto para que se continúe el rastreo en Camas, donde según la última versión de la novia del principal sospechoso, Miguel Carcaño, los autores habrían ocultado el cuerpo.
