Local

Martes de plenitud

Otro día redondo en lo meteorológico y con lleno absoluto en las calles. Y ya van tres. La Semana Santa alcanza hoy su ecuador con un balance excelente. La tercera jornada de cofradías se vivió con suma intensidad. Las ocho cofradías completaron sus recorridos con brillantez, sin incidentes destacables y cumpliendo a rajatabla sus horarios oficiales. Un Martes que ni pintado

el 16 sep 2009 / 01:05 h.

TAGS:

Con una calles nuevamente a rebosar -tónica imperante desde el Domingo de Ramos- Sevilla disfrutó de un Martes Santo soleado, a ratos con alguna nube sospechosa, y de temperaturas agradables, sin demasiado calor.

En el barrio del Cerro soltaron ayer 21 palomas, tantas como estaciones de penitencia acumula ya la más novel de las cofradías de la jornada. La primera vez que arribó a la Campana fue en 1989. Veinte años han transcurrido desde aquella gesta, un bagaje que, aún pareciendo exiguo, ya da para marcar alguna que otra muesca en la lista de los que ya no están o, simplemente, para amasar recuerdos por los que, atravesando una mala racha de salud, causan baja -quién sabe si definitiva- entre el batallón de nazarenos y vecinos de paisano que cada Martes Santo emigra desde Afán de Ribera hasta la Campana. Y surgen nombres como el del costalero Miguel Romero, ya fallecido; o el de Juan Antonio Guillén, capataz del palio hasta el año pasado que ha sido intervenido recientemente y al que le dedican varias levantás; o el de Angustias a secas, esa dicharachera vecina del barrio, interlocutora fiel del micrófono de Charo Padilla y quintaevangelista de la Fe sencilla del Cerro que, postrada en un carrito, no falta con lágrimas en los ojos a su cita anual frente al portón de la iglesia. Son tantas las cosas que hay que pedir...

Las nuevas vestiduras del piquete romano que custodia el ajusticiamiento del Cristo del Desamparo y Abandono en el primero de los pasos del Cerro enriquecen notablemente este conjunto escultórico. Este año Paquili, ex hermano mayor, no pone las flores del palio. La Virgen de los Dolores sustituye sus ramos cónicos por clásicos bouquets de rosas de color rosa. La cofradía tendrá 20 años, pero al palio de la patrona del Cerro parece que lo contemplan varias centurias.

La Campana es testigo de una escena histórica a la vez que entrañable. Maruja Vilches, consejera de sacramentales, se convierte en la primera mujer integrante del Consejo en conceder una venia. La estampa se contagia de ternura cuando se sabe que al nazareno que se la otorga, fiscal de Cruz de los Javieres, se trata de su propio hijo, José María Márquez. La emoción se trasluce en las palabras de Maruja: "...Que la Virgen de Gracia y Amparo nos dé fuerzas para luchar por la vida", dice con la voz entrecortada, para luego fundirse madre e hijo en un beso. El Cristo de las Almas atraviesa la Campana acunado por ese son largo, reposado y elegante del racheo de sus costaleros. ¿Y no es esto una obra de arte efímera? Gracia y Amparo se desmarca de la tónica de las rosas y apuesta por el clásico clavel blanco. La cofradía de Omnium Sanctorum lleva luto por la pérdida de Manuel Carta, mayordomo honorario perpetuo.

Frente a la ojiva de San Esteban hay gente aguardando la salida desde las once y media de la mañana. El estilo Ariza se impone en el misterio del Señor de la Ventana. Siempre de frente. Y eso que algunas de las marchas de Virgen de los Reyes darían para todo un tratado de coreografía costalera. Exornado con rosas de color té, el palio de los Desamparados, con las bambalina frontal recrecida tras su restauración, se mece aún en el interior del templo a los sones del himno valenciano. Dos nazarenos con cirio y costaleros de refresco acompañan a los ancianos de la hermandad que han presenciado el transcurrir de la cofradía por la Catedral a realizar una ofrenda floral ante la Virgen de los Reyes.

El Martes funciona como un reloj. El día marcha hasta con unos minutillos de adelanto cuando los nazarenos de Los Estudiantes pisan el empedrado de la Campana, después de dar, por segundo año consecutivo, el rodeo hasta la plaza de la Magdalena huyendo de las catenarias. El sol tenue, casi crepuscular, que penetra por Alfonso XII dora la encarnadura del Crucificado universitario, alzado entre un bellísimo monte de lirios morados. Tras su estela, 390 penitentes dispuestos en filas de tres en fondo. Envuelta en los bordados de la capa pluvial de su manto, la Virgen de la Angustia luce elegantísima con una composición floral a base únicamente de frecsias.

El año de la crisis también tiene su reflejo en las dedicatorias de algunas levantás. Carlos Morán, capataz del misterio de San Benito, levanta el paso en la Campana "por todos los pobres del mundo y en particular por la gente de Sevilla que le hace falta que le echen una mano". El Señor de la Presentación, más humanizado con los brazos enteramente al descubierto, pone en pie a la plaza de la Campana en un derroche de buen hacer de la gente de la Calzá. Suavidad y elegancia en el andar del Cristo de la Sangre. La banda de La Puebla del Río hace de corista entonando el Avemaría de la marcha Encarnación Coronada tras el palio, primoroso en su exorno, de la Palomita de Triana. San Benito se recrea en la Campana.

Paula Fernández, una nazarena de 11 años, acompaña en el palquillo al fiscal de Cruz de La Candelaria. Es su premio por haber ganado el primer concurso de cristhmas navideños organizado en Navidad por su hermandad. Eso se llama cuidar la cantera. El Nazareno de San Nicolás se levanta a pulso en el palquillo arrullado por una saeta. Jacintos, calas y rosas blancas combina en su exorno el palio de la Candelaria, para el que suena en la Campana Procesión de Semana Santa en Sevilla.

Una riada de nazarenos blancos toma San Lorenzo. Sale el Dulce Nombre. El Cristo del Mayor Dolor se queda atrás, dispuesto en el altar mayor para presidir los oficios de Semana Santa. Magisterio y elegancia marcan el discurrir por la Campana del misterio de Jesús ante Anás. Para la entrada en San Lorenzo del misterio de Castillo se anuncia nuevamente ese remix de marchas de la banda de las Cigarreras compuesto con pasajes de sus más celebres composiciones. Sólo para incondicionales. La gracia de Sevilla bajo palio, la dolorosa del Dulce Nombre, no lleva toca de sobremanto. Ni falta que le hace para realzar su belleza.

Este año no hay parones para la Cruz de Guía de Santa Cruz. Orquídeas phalenosis. Es el nombre de las flores que luce en sus jarritas delanteras el palio de la Virgen de los Dolores, siempre una sorpresa. La Marcha Fúnebre de Chopin al paso de la Virgen por la Campana recuerda el vacío dejado por Fernando Yruela, el archivero de la hermandad fallecido el pasado 24 de enero. El día concluye sin retrasos. Se clavan los horarios. El Martes Santo no está en la UCI.

  • 1