El 12 de mayo se sabrá si Isla Mágica tiene comprador. Por ahora, el único interesado es Martín Casillas e Inverco, que aún no han decidido si presentarse o no al concurso. Si su proyecto se pone en marcha, parte del lago será una pista de hielo, el recinto tendrá dos puertas y se soterrará la calle José de Gálvez para que la entrada por Barqueta sea peatonal.
La intención de ambas empresas es transformar el parque, darle atracciones de impacto y dotarlo de áreas comerciales y de negocio. Incluso se baraja abrir alguna instalación hotelera integrada en el parque.
Según fuentes consultadas, para mejorar los accesos, el proyecto de Martín Casillas e Inverco Iberia (en el que llevan trabajando tres años) plantea el soterramiento de la calle José de Gálvez, la del Teatro Central, para que los vehículos circulen bajo tierra y el peatón pueda ir de Barqueta al parque sin ninguna barrera. Además, los empresarios prevén que Isla Mágica tenga otra puerta más cercana al hotel Renacimiento. La conexión con el río es fundamental.
Si finalmente se lleva a cabo ese proyecto, se crearían 1.000 puestos de trabajo, que se sumarían a los trabajadores que hoy tiene Isla Mágica, y se inyectarían en el parque unos 250 millones de euros. Eso sí, el recinto de ocio abriría todo el año.
Gracias a las novedades incluidas en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), el espacio lúdico ganará 4.500 metros cuadrados de edificabilidad para abrir comercios, hoteles, restaurantes, oficinas u otros servicios. Será la nueva fuente de ingresos. Por contra, perderá terrenos que ahora no utiliza, como naves junto al hotel Renacimiento, el canal, el Jardín del Guadalquivir y el Pabellón del Futuro.
Otra de las ideas de Martín Casillas e Inverco Iberia es helar una parte del lago de la Expo 92 para convertirlo en una pista de hielo, lo que se unirá a nuevas atracciones y novedades de ocio. Las instalaciones más deficitarias de Isla Mágica, por contra, cerrarían.
Según fuentes consultadas, a principios de la próxima semana la empresa sevillana Martín Casillas y sus socios decidirán si se presentan o no al concurso abierto por la Junta para adjudicar la gestión de Isla Mágica. Por ahora, están en conversaciones con las entidades financieras y con la Gerencia de Urbanismo para adaptar su proyecto a las exigencias del PGOU, siempre que sea viable económicamente.
En principio, el pliego de condiciones impuesto por la Junta para el concurso hace que dicha viabilidad sea "bastante complicada", de ahí que Martín Casillas vea "difícil" optar al concurso. No obstante, sigue trabajando para que sea posible hacerse con el parque temático.
La convocatoria se abrió el pasado 17 de marzo merced al acuerdo entre la Junta -propietaria de los suelos junto a Agesa- y los principales accionistas: Cajasol (70%) y Unicaja (12%), que quieren abandonar el barco. Por ahora, según fuentes del proceso, ninguna otra empresa, además de Martín Casillas e Inverco Iberia, se ha mostrado dispuesta a participar en el concurso.
No obstante, el plazo para optar a la gestión de Isla Mágica estará abierto hasta el 12 de mayo. En el caso de que quede desierto, se convocaría otro concurso con una rebaja en los requisitos.
Según la empresa sevillana y los propios trabajadores del parque, condiciones económicas impuestas por la Junta son excesivas. Apuntan que el canon a pagar todos los años es "alto" y que hay "inseguridades jurídicas".
La sociedad que gane el concurso tendrá que pactar con los actuales dueños para pagarles las inversiones ya realizadas, los activos no amortizados y la marca (casi 30 millones), así como deberá liquidar la deuda del parque: 4,8 millones.
Y lo más importante, pagar religiosamente el alquiler a la Junta y Agesa. Hasta ahora, el canon anual era de 900.000 euros. En el nuevo concurso se fija en 330.939 euros los cinco primeros años; 584.585 euros el sexto y séptimo, y en 1,3 millones a partir del octavo, cuando el parque dispondrá de 45.000 metros de edificabilidad extra para abrir comercios, oficinas, hoteles...
