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Más 200 conductores no van al trabajo por el suicidio de un compañero expedientado

Más de 200 conductores de la empresa municipal de autobuses de Sevilla (Tussam) no se han incorporado hoy al trabajo por "baja médica", con lo que están parados gran parte de los servicios de autobús urbano en la ciudad, tras suicidarse uno de sus ocho compañeros expedientados por una huelga de mayo de 2007. Fuentes municipales han indicado a Efe que unos 200 trabajadores no han ido a trabajar y, por ejemplo, hasta las 10.30 no ha entrado el primer autobús en la Encarnación, una de las paradas centrales de Tussam.

el 15 sep 2009 / 18:32 h.

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(Vídeo: El Correo)

Más de 200 conductores de la empresa municipal de autobuses de Sevilla (Tussam) no se han incorporado hoy al trabajo por "baja médica", con lo que están parados gran parte de los servicios de autobús urbano en la ciudad, tras suicidarse uno de sus ocho compañeros expedientados por una huelga de mayo de 2007.

Fuentes municipales han indicado a Efe que unos 200 trabajadores no han ido a trabajar y, por ejemplo, hasta las 10.30 no ha entrado el primer autobús en la Encarnación, una de las paradas centrales de Tussam, aunque la Agrupación Sindical de Conductores (ASC) ha afirmado que han sido "más de doscientos" de los 368 conductores del turno de mañana, por "no estar en disposición de coger un autobús".

Con dos pancartas donde se leía "José Luis muerto. Directivos de Tussam culpables" y "Da la cara, ¡Asesino!", unos 150 conductores se han concentrado ante el Ayuntamiento para protestar por lo que han tildado de "represión fascista" por parte de la dirección y la han responsabilizado de la situación creada y la muerte de su compañero.

Él y los otros siete expedientados tras la huelga de 2007 fueron acusados "sin ninguna prueba" de "terroristas" y de romper lunas de autobuses, "y hay cuatro sentencias que los absuelven y los declaran inocentes", según la ASC, que exige el archivo de los expedientes.

Ante un gran despliegue policial, los concentrados, con sus manos en alto y pintadas de blanco, han coreado consignas como "asesinos" o "no más muertes", y el secretario general de la ASC, Isidro Fernández, ha dicho a los periodistas que "esto es lo mismo que con Miguel Ángel Blanco, que un fascista desde un despacho le ha pegado un tiro en la nuca al compañero".

"Esto no es una huelga, porque si un compañero se ahorca por una depresión es que el trabajador no puede trabajar, cómo va a llevar a la gente en el autobús, qué quieren que matemos a los ciudadanos", se ha preguntado.

Fernández y el delegado de la ASC Francisco Catalán han negado que sea una huelga encubierta, sólo que "los compañeros no tenían cuerpo para coger un autobús y trabajar", han insistido.

También han reclamado al alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, que se posicione, "respete las resoluciones judiciales y los siete expedientes queden automáticamente cerrados", pues, si no, "el clima de confrontación con los trabajadores lo querrán ellos".

Fernández y Catalán han dicho que van a llegar "hasta el final para que se haga justicia" y que los abogados de la ASC estudian presentar varias querellas "para que los responsables lo paguen", al considerar que, si su compañero estaba "de baja por los expedientes abiertos desde hace año y medio, sí hay una relación directa".

Catalán ha recordado que su compañero fallecido, hace ocho días y "en un momento de enajenación, se plantó con un autobús urbano en Las Pajanosas, estuvo tres horas perdido y el equipo médico de Tussam sólo le mandó un análisis para ver si estaba drogado y al día siguiente querían que volviera a trabajar", ha criticado.

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