Los altercados prosiguen en Londres y se van extendiendo. Scotland Yard ya ha detenido a 215 personas en estos tres días de altercados, la mayoría por pillaje y violencia callejera, entre los detenidos hay un niño de 11 años.
Ante esta situación, el primer ministro británico, David Cameron, interrumpirá sus vacaciones en Italia y regresará hoy a Reino Unido para presidir un gabinete de crisis con el que el Gobierno pretende coordinar una respuesta a los disturbios que se han extendido a varias zonas de la capital y a otras localidades como Birmingham o Leeds. También la ministra de Interior, Theresa May, tuvo que suspender su descanso y regresar a Londres para reunirse con la cúpula policial.
Ayer se produjeron de nuevo disturbios en Londres que enfrentaron a manifestantes y a efectivos antidisturbios de la Policía en el barrio de Hackney, en el norte de Londres, y en Peckham y Lewisham, en lo que supone el tercer día de incidentes desencadenados tras la muerte el pasado jueves de un hombre por disparos de la Policía.
La cadena BBC informó de que los últimos disturbios se desataron después de que la Policía cacheara a un individuo, al que no se le halló nada sospechoso.
Los participantes en la protesta comenzaron a atacar a los policías sobre las 17.20 hora española. Los grupos de jóvenes golpearon varios coches policiales con estacas de madera y barras de hierro. En respuesta a los disturbios la Policía desplegó ocho furgones con unos 200 agentes.
Los grupos de alborotadores también entraron por la fuerza en una tienda de deportes JD Sports, pero fueron dispersados.
Sólo en la madrugada del domingo al lunes Scotland Yard arrestó a un centenar de personas por los disturbios registrados en el norte, el sur y el este de Londres, en los que resultaron heridos nueve oficiales de Policía, que se suman a los 29 heridos el día anterior, según informó la cadena de televisión Sky News.
La Policía describió los disturbios y actos vandálicos registrados desde la noche del sábado en la capital británica como una serie de "actos criminales". La comandante de Scotland Yard Christine Jones advirtió además de que se están produciendo saqueos en varios distritos de la capital. "Esto es una situación desafiante, con pequeños focos de violencia, saqueos y desórdenes en un determinado número de distritos. Los oficiales están impresionados por el atroz nivel de violencia contra ellos", afirmó.
Por su parte, el viceprimer ministro británico, Nick Clegg, condenó la violencia y aseguró que los responsables de los enfrentamientos con la Policía, los saqueos e incendios son "criminales oportunistas". "Es violencia, robos oportunistas. Ni más, ni menos", afirmó Clegg en declaraciones recogidas a The Guardian.
Clegg, que regresó ayer a Londres tras sus vacaciones veraniegas, reiteró que la violencia es "completamente inaceptable". El Gobierno está "junto a quienes condenan en esas comunidades la violencia y el robo", reiteró. El viceprimer ministro también rechazó que haya una falta de reacción por parte del Gobierno pese a que la mayoría de los ministros están fuera de Londres.
La revuelta tiene su origen en la muerte de Mark Duggan, de 29 años, de raza negra y padre de cuatro hijos, abordado por los agentes cuando viajaba en un taxi en el transcurso de una operación contra el tráfico de armas en la comunidad negra del norte de la ciudad, en Tottenham. Lo ocurrido está siendo investigado por la Comisión Independiente de Quejas de la Policía (IPCC), pero se cree que Duggan podría haber abierto fuego contra un policía, que salió ileso porque la bala se quedó alojada en la radio que llevaba en el uniforme.