Un total de 203 médicos actualmente en activo cumplen, en 2011, los 65 años, la edad fijada para su jubilación forzosa en el Estatuto Marco del Personal de Salud aprobado en 2003. Ese año se puso coto a la práctica, que se mantiene en la sanidad privada, que les permitía retrasar su retiro hasta los 70 años. Pero la evolución demográfica de los facultativos, y los números clausus impuestos en las facultades de Medicina, hacen prever un déficit de médicos importante entre 2015 y 2019 pero más acuciante aún entre 2020 y 2029. Salud llevó ayer una propuesta para que los médicos puedan retrasar voluntariamente su retiro a la Mesa Sectorial de Sanidad, donde contó con el apoyo de la mayoría sindical. La medida entrará en vigor el próximo 1 de enero.
Según el Estudio de Necesidades de Profesionales en la Sanidad Pública Andaluza, realizado por la Junta en 2009, entre 2015 y 2025 se tendrían que jubilar el 35% de los alrededor de 35.000 médicos que trabajan actualmente en el SAS y las plazas para estudiar Medicina tendrían que ampliarse un 20% (está previsto que las nuevas Facultades de Jaén y Almería se pongan en marcha en el curso 2012-13 y la de Huelva al siguiente).
El déficit se concentra sobre todo en doce especialidades (en 2004 eran veinte): cirugía, pediatría, urología, medicina intensiva, cirugía ortopédica y traumatología, otorrinolaringología, cirugía pediátrica, hematología, neurocirugía, medicina de familia, anestesia y angiología y cirugía vascular. Sin embargo, la posibilidad de postergar la jubilación se generaliza a todos los especialistas, incluidos los médicos de familia, salvo excepciones como los de urgencias extrahospilatarias y las dotaciones del servicio de ambulancias DECU.
El facultativo que decida acogerse a ello, podrá decidir su retiro en cualquier momento y a partir de los 67 años, tendrá que renovar su decisión año a año hasta los 70 y se examinará que sigue en condiciones para mantener su actividad. Salud no incentivará la prolongación de la jubilación ni económicamente ni reservando a los médicos que opten por ella para determinados trabajos. Quien decida quedarse lo hará con los mismos derechos y las mismas obligaciones, aunque se seguirá aplicando la exención de guardias que ya se puede pedir desde los 55 años.
La propuesta de Salud contó ayer con el apoyo de UGT, CSIF, el Sindicato de Médicos (SMA)y el de auxiliares de Enfermería (USAE) -aunque a este colectivo no le afecta- y el rechazo de SATSE (también de Enfermería) y CCOO. El responsable de Sanidad de este sindicato, Manuel Pérez, justificó su decisión en el rechazo general de CCOO a prolongar la edad de jubilación porque "es una conquista social" y en que "esto no va a solucionar el problema en donde hace falta, como pueblos y hospitales comarcales, y se van a quedar en sitios donde no es necesario" cortando el paso a gente joven que "si no está en paro, sí está con contratos basura y eventuales". Pérez recordó que Salud se comprometió hace un año a estabilizar a 5.000 eventuales -como interinos, la plaza sólo se logra por oposición- y "no nos salen más de mil" y ve contradictorio que falten médicos y "este año se hayan convocado menos plazas de MIR que el pasado (1.129), aunque eso es competencia estatal".
UGT, también contrario a generalizar el retraso de la jubilación, justifica su apoyo en este sector porque "existe un problema asistencial", explicó Antonio Macías, pero también considera que la solución pasa por ampliar las plazas universitarias y de residentes, y también reclaman un pacto para estabilizar a los eventuales y ofertar vacantes.
Desde el SMA, Gerardo Ferreras asegura que en general, los médicos son partidarios de seguir más allá de los 65 "algo que ya existía y se quitó" porque "es una pérdida de experiencia y formación". No cree que se deje fuera a los jóvenes porque "para muchas especialidades falta gente".
