Más de medio millar de personas se manifestaron ayer en Sevilla para exigir que la custodia compartida sea la opción genérica para cuidar a los hijos tras la ruptura de una pareja, en vez de entregarlos a uno de ellos, normalmente la madre, otorgando al otro sólo visitas espaciadas. Los asistentes denunciaron que esa opción da lugar a la manipulación de los críos.
Una gran mayoría de padres, junto a algunas madres, abuelos y niños, recorrieron el camino entre la Plaza Nueva y la Plaza de España con pancartas que exigían un cambio legal que priorice "los derechos del menor sobre los de los padres, y permita que los niños crezcan con los dos, sin que el que ostenta la custodia tenga la sartén por el mango y pueda usar a los menores contra su ex pareja", según un asistente.
Es el caso de Antonio Gamboa, que se vio "sin opción" cuando en 2004 se separó de su mujer y tuvo que aceptar ver a sus niños, de 5 y 8 años, sólo fines de semana alternos y vacaciones, "porque el abogado me dijo que la custodia se la iban a dar a la madre, que eso lo tenía perdido". "Nosotros no estábamos ni casados, no bautizamos a los niños, y ahora ella los ha bautizado sin avisarme y el mayor va a hacer la comunión", dice, lamentando verse fuera de la educación de sus hijos.
Otro padre explica que lleva cuatro años sin ver al suyo porque, desde que se separó, el niño empezó a tratarlo cada vez con más recelo, "porque su madre lo puso en contra". Los manifestantes denuncian estas estrategias, y la interposición de denuncias sistemáticas por agresión por parte de las madres, en un uso perverso de la ley contra el maltrato, para asegurarse la custodia. Por eso exigen que los juzgados sean más minuciosos para impedir ese uso abusivo de las leyes. La convocatoria concluyó en la Plaza de España con un concierto y actividades lúdicas.
