Cofradías

«Más flores y menos velas»

El retablo mayor de Santa Ana muestra su grandeza tras décadas velado por el polvo y el hollín

el 29 nov 2010 / 19:40 h.

Las pinturas son de Pedro de Campaña.

Avisadas están ya las hermandades del barrio. A partir de ahora, "más flores y menos velas" en los montajes de sus altares de culto. Es la consigna impartida por el párroco, Manuel de Azcárate Cruzado, para que el retablo mayor de la iglesia de Santa Ana, que ayer lucía resplandeciente tras su compleja restauración, tarde muchas décadas, centurias quizás, en dar nuevos síntomas de envejecimiento por acumulación del polvo y hollín de los cirios.


El edificio parroquial más antiguo de Sevilla volvía a mostrar ayer renacida, tras casi dos años de intenso trabajo, la mole de pan de oro de su retablo mayor, en cuya colosal arquitectura de más de 13 metros de alto por ocho de anchura se inscribe una de las obras esenciales del Renacimiento español, el conjunto pictórico de 15 tablas realizadas por Pedro de Campana -nombre castellanizado del pintor flamenco Peter Kempeneer (1503-1580)- que narran la vida de San Joaquín y Santa Ana, de la Virgen María y la genealogía de Jesús.


Ante una iglesia repleta de parroquianos, el consejero de Cultura de la Junta de Andalucía, Paulino Plata, y el vicario general de la archidiócesis, Teodoro León, fueron los encargados de presentar la vuelta a casa de "lo más valioso" de este retablo, las pinturas de Pedro de Campaña que, una vez restauradas, han permanecido expuestas hasta el pasado mes de octubre en el Museo de Bellas Artes de Sevilla para que el público pudiera contemplarlas a corta distancia.


La intervención sobre esta "obra maestra del Renacimiento" ha sido posible gracias al convenio de colaboración que suscribieron en octubre de 2007 la Consejería de Cultura, el Arzobispado de Sevilla, el Consistorio hispalense y la Fundación Cajasol y que ha contado con una inversión superior a los 422.000 euros.


Paulino Plata destacó que la restauración de este retablo, "elemento muy especial del patrimonio andaluz", se ha llevado a cabo, por una parte, en la propia iglesia, actuando sobre la arquitectura retablística, y por otra, en los talleres del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, en su sede del monasterio de la Cartuja, donde se ha devuelto la vida a cada pincelada del artista flamenco y, de paso, se ha hecho lo propio con el grupo escultórico de seis apóstoles que tallara otro artista, Pedro Delgado, y con el conjunto de Señá Santa Ana, la Virgen y el Niño Jesús que preside la hornacina central.


La coordinadora del equipo de intervención, Rocío Magdaleno, señaló que antes de su restauración el estado de conservación del conjunto y, en particular, de las pinturas, era "lamentable" y destacó que en su recuperación se ha innovado gracias a la aplicación de técnicas no destructivas tanto para la identificación de pigmentos como en el estudio de los dibujos subyacentes.


Como curiosidad, con esta restauración se han devuelto a su estado original algunas tablas que se cambiaron de sitio en el primer y tercer cuerpo del retablo producto de alguna intervención anterior, de manera que ahora las escenas de la vida de la Virgen, de sus padres y de la genealogía de Jesús han adquirido una correcta lectura iconográfica de acuerdo a los evangelios apócrifos.


La delegada de Cultura y Presidencia del Ayuntamiento de Sevilla, Maribel Montaño, destacó por su parte que el retablo "era casi un enfermo terminal, que ahora tras pasar por el maravilloso quirófano del IAPH, ha recobrado una buena vida para los próximos 200 o 300 años".


La llamada de atención para preservar y garantizar un mejor mantenimiento futuro de esta obra la puso el jefe de intervención del IAPH, Lorenzo Pérez del Campo, quien apeló al necesario "equilibrio entre la conservación física del retablo y la actividades para las que fue diseñado, que son las del culto divino". Un consejo técnico que el ayer exultante párroco de la Catedral trianera, Manuel Azcárate, ya ha traducido en una consigna. "Más flores y menos velas". "Se trata de preparar el altar con sentido común valorando lo que tenemos aquí", sentenció.

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