Artur Mas hizo ayer pública su hoja de ruta para Cataluña los próximos cuatro años con dos reclamaciones básicas: un nuevo pacto fiscal y mayor autogobierno. El candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat propuso iniciar una "transición" política en Cataluña hacia la aplicación plena del derecho a decidir, que pasaría en primer lugar por formar un frente común en defensa de un acuerdo similar al concierto económico.
En su discurso como candidato a la investidura como presidente, de una hora y cuarto, Mas afirmó que los recortes al Estatut dictados por el Tribunal Constitucional (TC) demuestran que el pacto constitucional entre Cataluña y el Estado español "no da más de sí", por lo que a Cataluña no le queda más remedio que forjarse "un nuevo camino" a fin de poder defender "su autogobierno y sus libertades".
Tras ver cómo el TC "cortaba de raíz" el intento de evolucionar hacia un Estado plurinacional, Cataluña debe entender que "España quiere seguir siendo una sola nación con un solo Estado", y España "ha de entender que Cataluña y el pueblo catalán no desfallecerán". "Igual que España hizo su transición democrática al acabar la dictadura franquista, Cataluña debe iniciar su transición nacional. Hablo de transición, no de revolución. Y como toda transición hay que hacerla de manera democrática, pacífica y a base de grandes consensos interiores", señaló.
Este "nuevo camino" que vislumbra Mas se basa en la aplicación del "derecho a decidir" de la nación catalana, que definió como "el ejercicio de la democracia en estado puro": "¿A qué preguntó el aspirante a convertirse en el presidente número 129 de la Generalitat. Sin mencionarlo abiertamente, Mas dio a entender que no está pensando en convocar un referéndum de autodeterminación, porque hay que aplicar antes el derecho a decidir en temas que reúnan "mayorías amplias cualificadas o reforzadas", evitando "dividir la sociedad catalana en dos mitades, con riesgo de fractura social nacional".
Para evitar llevar al país a la "frustración" con objetivos no alcanzables por ahora, Mas planteó, como primera estación de esta "transición nacional", la apuesta por un pacto fiscal en la línea del concierto económico vasco o el convenio navarro, anhelo que "genera grandes consensos en la sociedad catalana".
Unos consensos que Mas se propone extender al resto de fuerzas políticas con representación parlamentaria, a las que propuso aprovechar 2011 para configurar un frente "cuanto más amplio mejor".
Los contactos, según Mas, deberán producirse "de manera discreta" y sin "reproducir la discusión fatigante del Estatut", porque "la ciudadanía no entendería que éste fuese el tema de debate prioritario en este Parlamento".
Tras las elecciones generales de 2012, en el momento de formar el nuevo Gobierno español, Cataluña pondrá sobre la mesa la demanda de pacto fiscal y condicionará la "estabilidad y gobernabilidad" en Madrid a la consecución de este objetivo, según su hoja de ruta. Mas es consciente de que el reto de una nueva financiación para Cataluña no puede afrontarlo el Gobierno catalán "en solitario", sino que ha de sumar el apoyo de oposición, agentes sociales y sociedad civil.
Un proyecto que por ahora parece no contar con la aprobación del resto de partidos, quienes ya han manifestado su intención de votar hoy en contra de la investidura del dirigente convergente. Artur Mas tendrá que esperar posiblemente al jueves para resultar elegido presidente de la Generalitat. Así el viceprimer secretario y portavoz del PSC, Miquel Iceta, rechazó que Cataluña esté viviendo una segunda transición. Por su parte, el portavoz del PP en el Parlamento catalán, Enric Millo, cuestionó que el líder de CiU tenga como prioridad salir de la crisis, y lamentó sus referencias durante el discurso de investidura a la necesidad de mejorar el autogobierno.
También el líder de ERC, Joan Puigcercós, anunció que su grupo votará no en la primera vuelta de la investidura de Mas, alegando que hizo un "buen discurso" pero no concretó cómo piensa llevar a cabo sus propuestas. Un no al que también se sumarán los diputados de Joan Laporta, ICV y C's.