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Más policías patrullarán el Centro en moto para mejorar la seguridad

La Policía Nacional ha reforzado la vigilancia del Centro de cara al verano, y ha aumentado el grupo Hércules, que patrulla en moto por la zona más turística de la ciudad. Y eso que las cifras de la comisaría de la Alameda no van nada mal: los delitos han bajado casi un tercio este año. Además, siguiendo unos simples consejos el propio cuidadano puede prevenir los asaltos más frecuentes.

el 16 sep 2009 / 06:14 h.

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La Policía Nacional ha reforzado la vigilancia del Centro de cara al verano, y ha aumentado el grupo Hércules, que patrulla en moto por la zona más turística de la ciudad. Y eso que las cifras de la comisaría de la Alameda no van nada mal: los delitos han bajado casi un tercio este año.

La creación del grupo Hércules en noviembre de 2006 cambió la filosofía de la seguridad en el Centro. Policías jóvenes pero con cierta experiencia -la media son 30 años-, motivados ya que todos eran moteros antes de entrar, y rápidos porque patrullan por calles estrechas y zonas peatonales en motos de 250 centímetros cúbicos, han logrado ajustarse a lo que exige la delincuencia de una zona tan comercial y turística. Han aprendido a prevenir.

Por eso, a la decena de motoristas con la que se creó el grupo hace casi tres años no han dejado de sumarse efectivos. Aunque la Jefatura policial es reacia a dar cifras para que los delincuentes no hagan cuentas, en el último año se ha incorporado una veintena de agentes y de cara al verano se ha aumentado un 10% más su personal.

Trabajan con un diagnóstico -"no es salir a dar vueltas con la moto", explica el inspector que dirige el grupo-, estudian los delitos y conocen a los delincuentes. Su radiografía avisa del peligro en el Pumarejo, por las reyertas entre toxicómanos y los robos que cometen para consumir; en la estación de Plaza de Armas, donde intentan desvalijar al viajero; en la ribera del río y las zonas monumentales y de ocio, donde aprovechan el despiste del turista... Conocer a los comerciantes les sirve porque reciben con rapidez el aviso si se asalta una tienda, ya que les facilitan incluso un móvil directo.

Pero conocer a los delincuentes quizá les haya servido más, y valga de ejemplo cómo han frenado los robos dentro de los coches: en el primer semestre del año pasado hubo 524, pero en éste han bajado a sólo 161, un 69% menos, "sólo porque hay dos habituales que están en prisión".

Como éstos, en el distrito hay una veintena de delincuentes muy activos. Cuando son detenidos e ingresan en prisión, "la delincuencia baja de forma notable", como ha ocurrido con esos dos expertos en reventar coches, con el hombre-araña que lleva 20 años escalando las fachadas para entrar a robar en las casas, o con Jesús T.M., encarcelado el mes pasado por 62 robos a tiendas. "A este último lo conocemos de sobra, si está libre, está robando. No son grandes palos, pero llevarse mil euros puede arruinar a un comercio pequeño y hacerlo cerrar".

El elenco de habituales consta de un centenar de ladrones -que asaltan desde comercios a interior de vehículos o sustraen carteras-, una veintena de personas conflictivas del Pumarejo y "una banda de 40 menores rumanos, algunos con menos de 14 años, con los que ya no sabemos qué hacer". Estas pandillas se dedican al timo del sordomudo, pidiendo donativos con una carpeta de firmas y a veces aprovechando para robar, logrando en ocasiones botines suculentos: a un francés le quitaron la semana pasada mil euros de un tirón cuando sacó la cartera. Cuando crecen aumenta su violencia. "No te quieren decir su nombre ni dónde viven porque podemos detener a los padres; yo lo hice con un niño de 10 años al que estaban utilizando para robar: estaba siendo víctimas de esos padres".

En su zona de actuación, delimitada por la Ronda Histórica y Torneo, también les preocupan los delitos que se cometen junto al río, sobre todo en la zona de bares de la calle Radio Sevilla, donde la gente bebe en exceso. Avisan de que chicos -y chicas- cada vez más jóvenes beben demasiado y acaban metidos en peleas, sufriendo robos e incluso abusos sexuales. "Varias chicas han denunciado que han sido grabadas con el móvil mientras tenían relaciones, y no saben quién lo hizo".

Pese a estos casos tremendos, el inspector asegura que en las motos "da gusto trabajar porque llegas a ver el resultado, como en la plaza de Santa Isabel, junto a San Luis, que tiene una iglesia preciosa del siglo XVI y casi no tiene tráfico, pero estaba tomada por indigentes y no iba nadie. Ahora está recuperada, las madres llevan a sus hijos a jugar y nos felicitan. Eso da mucha satisfacción".

Las cifras que manejan son buenas: en el distrito, la suma de delitos -infracciones más graves- y faltas -menos graves- ha bajado un 10% en los seis primeros meses del año. Lo que más ha descendido han sido los casos más graves, los delitos, un 31%. Las faltas han subido un 1%, pero al cometerse un delito por cada tres faltas, la media de bajada de la delincuencia es del 10%.

¿El secreto? "Estar todo el día encima". Les está dando resultado realizar numerosas identificaciones, porque los delincuentes habituales suelen estar requeridos por la Justicia y si los localizan, muchos van a prisión. Alcanzar las 3.000 identificaciones al mes les ha permitido detener en lo que va de año a 399 personas, 177 de ellas reclamadas.

'Sordomudos'. En la comisaría guardan un centenar de carpetas retiradas a grupos de niños que rodean a la gente de forma agobiante fingiendo ser sordomudos que piden donativos. Si un incauto saca su cartera pueden arrebatarle el monedero. "Es el tema estrella: 40 menores rumanos que suelen dirigirse a los turistas porque son más confiados". Se prodigan en las paradas del bus turístico y las zonas comerciales. El consejo es no pararse a dar donativos.

Ladrones que reptan. Aprovechando el buen tiempo hay quien se tumba a tomar el sol junto al río, como en las inmediaciones de la calle Radio Sevilla. Muchos son turistas o jóvenes y confiados estudiantes erasmus que se adormecen y no se dan cuenta de que alguien se arrastra por el suelo para llegar a su altura y sacarle la cartera del bolso. La Policía tiene localizados a chavales marroquíes que se dedican a esta tarea. Impedirlo no es difícil si se mantienen las pertenencias cerca y vigiladas. Si se da una cabezadita, lo mejor es hacerlo sobre el bolso.

Borracheras. Plaza de Armas, Radio Sevilla y otras cercanas al río son también foco de peligro nocturno, para los turistas que se desmadran en las botellonas y para adolescentes sevillanos. A veces las borracheras acaban por la mañana con denuncias de chicas que afirman no recordar la noche anterior pero a las que les ha desaparecido la cartera o el móvil o, en casos peores, creen que han abusado de ellas o han sido grabadas manteniendo sexo. Los chicos suelen sufrir agresiones. Los agentes son contundentes: "que los chavales se diviertan como quieran, pero si consumen alcohol o drogas, que lo hagan con la moderación suficiente para saber lo que hacen".

Escaladores. En verano proliferan los escaladores que trepan por las fachadas para entrar en las casas. Hay tres o cuatro que actúan en el Centro. Suelen hacerlo de noche, sin importarles si hay gente, aunque tratan de no despertarlos y si es así, suelen huir. La Policía niega que usen productos para dormir a los vecinos. La recomendación es no dejar abiertas las ventanas si no hay rejas, sobre todo en los pisos bajos.

Carteristas. Sigue habiendo carteristas que actúan en lugares concurridos y poco vigilados, en especial estaciones de autobuses y trenes. En Plaza de Armas hay habituales que intentan robar al descuido. En zonas turísticas también intentan birlar al cartera al que se obnubila con los monumentos. El Ministerio del Interior emite cada verano avisos contra estos robos, recordando a los viajeros que vigilen siempre su equipaje, lleven el bolso cerrado y tengan cuidado en las aglomeraciones.

Tironeros. Eligen a víctimas débiles, normalmente mujeres mayores. Suelen cometerlo dos personas a bordo de un ciclomotor. Hay menos riesgo si se camina por la parte interior de la acera, con el bolso hacia adentro, por el lado que permite ver venir a los vehículos de frente y estando alerta al sonido de las motos.

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