La localidad de Benidorm (Alicante), prototipo de un municipio que vive por y para el turismo, ha sido desbancado por Punta Umbría (Huelva) y Chipiona (Cádiz). Estos dos municipios andaluces son los pueblos españoles que en determinados meses del año tienen más población foránea que local. Sus calles se inundan de turistas atraídos por el buen tiempo y sus inmejorables playas. Según el censo de población y viviendas de 2011, publicado recientemente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), donde se incluyen los municipios de más de 10.000 habitantes, Punta Umbría en verano llega a tener 32.278 personas, cuando su población residente es de 15.006 vecinos; mientras que Chipiona, con 18.804 residentes, en determinados meses los visitantes llegan a los 40.351, una proporción mucho más elevada que la que experimenta Bernidorm. Aunque estas cifras del INE pueden parecer exageradas, según los datos que manejan los dos ayuntamientos andaluces, el porcentaje entre residentes y foráneos es todavía mayor. En el pueblo costero de Punta Umbría, según su concejal de Turismo, Antonia Hernández, se pueden llegar a congregar hasta 100.000 personas en pleno verano, una cifra que no dista mucho de la facilitada por el edil de Turismo y Playas de Chipiona, Javier Díaz Jurado, quien afirma que en julio y agosto su localidad puede acoger hasta 90.000 ciudadanos. Para estos dos municipios ser un imán para los turistas tiene sus luces y sus sombras, aunque la balanza se inclina hacia el lado positivo: el turismo permite que en temporada alta decrezca el paro al aumentar las contrataciones en la hostelería, restaurantes y tiendas. La parte negativa la soportan las débiles arcas municipales, que tienen que reforzar servicios como vigilancia y recogida de basura sin que ninguna otra administración se rasque el bolsillo. Estos consistorios son ellos solitos los que hacen frente a estos gastos extraordinarios. Pero a pesar de esta carga económica, los responsables municipales de estas dos localidades están más que satisfechos por estar en el top de ciudades con más visitantes en proporción a los lugareños, aunque admiten que la noticia les ha pillado un poco por sorpresa. La concejal de Turismo de Punta Umbría reconoce que tenían constancia de que su municipio es uno de los que más crece en determinadas épocas del año, «puesto que tenemos muchas viviendas que son de segunda residencia, casi más que de población fija». Recuerda que muchos onubenses que viven en la capital trasladan su residencia a Punta Umbría desde finales de junio a septiembre, «pero no sólo recibimos a gente de la provincia, también nos visitan muchas personas de Extremadura, fundamentalmente de Badajoz, y ahora vienen muchos turistas de Madrid, Valladolid, Zamora, Palencia y El País Vasco que antes iban a la zona del levante». El éxito de Punta Umbría, en opinión de su edil de Turismo, es que tiene 12 kilómetros de una magnífica playa, «que es la joya de la corona», buenos servicios de restauración y mucha seguridad. El problema, según admite, es la falta de aparcamiento, a pesar de que se ha implantado la zona azul y se han habilitado estacionamientos, «pero aún así tenemos escasez de zonas para aparcar porque la población crece mucho». Prueba del overbooking que tiene el municipio en temporada alta es que por su calle Ancha prácticamente no se puede pasear de la cantidad de personas que se congregan en ella. Pero es que tal y como recalca Hernández es fundamental que se mantenga, porque junto a la pesca, es el pilar de la economía local «y ya sabemos cómo está la pesca». Por ello, reitera que todos los esfuerzos que realiza el Consistorio para que todo esté a la perfección son necesarios para que el flujo de visitantes que acuden a la localidad en verano se mantenga. No obstante, reitera la necesidad de que el Gobierno central y la Junta de Andalucía apoyen más al Ayuntamiento, porque sólo mantener la playa en buenas condiciones requiere un importante desembolso económico. De forma similar se expresa Javier Díaz Jurado. Reconoce que el turismo «es nuestro motor, porque crece el empleo en los hoteles y en los restaurantes, con lo que disminuye de forma considerable el paro en los meses de verano». Pero el hecho de que entre el 15 de junio y el 15 de septiembre la población pueda llegar a los 90.000 habitantes también es un problema, porque el Consistorio tiene que correr con el coste de los servicios y sólo recibe de la Participación de los Fondos del Estado dinero por 19.000 habitantes, cuando en opinión de Díaz Jurado se debería hacer una media «y así percibiríamos del estado como si fuésemos un localidad de unos 40.000 habitantes, lo que nos elevaría los ingresos». El flujo principal de turistas que recibe Chipiona procede de Sevilla, Extremadura, Madrid, País Vasco y del extranjero.