Un hombre fue interrogado ayer por la muerte de su mujer y de su hijo de cinco meses, pero poco después abandonó la comisaría por no estar relacionado con el crimen. Las víctimas fueron abandonadas debajo de un plástico antes de prenderles fuego a su vivienda en Madrid.
Los bomberos de Madrid fueron los que encontraron los cadáveres de una mujer y un bebé, tras sofocar un incendio en un piso del distrito de Retiro, en el centro de Madrid, según informaron fuentes de Emergencias Madrid y de la Jefatura Superior de Policía. El suceso ocurrió sobre las 16.15 horas, cuando se recibió una llamada en el 112 que avisaba de un incendio en un piso de la calle Luis Mitjans, número 10.
La mujer y el bebé eran madre e hijo y el hombre interrogado era la pareja y padre del pequeño, un hombre que los vecinos creen que estaba en tratamiento psiquiátrico. La fallecida residía en la casa "de toda la vida" y hacía unos años que comenzó a vivir con el hombre con el que tuvo el niño, según explicaron dos vecinas de un inmueble cercano, que detallaron que la chica había heredado el piso de su abuela. Afirmaron que el hombre "parecía raro", ya que nunca usaba la llave para entrar a su casa, sino que llamaba al timbre, y "parecía que tomaba alguna medicación" para alguna enfermedad mental, aunque aseguraron que nunca les habían oído discutir.
Una anciana que vivía en el mismo inmueble que la fallecida, quien manifestó que tenía al hombre interrogado "como un bonachón". "Era muy buena persona, pero cuando vino de la mili algo le tuvo que pasar allí porque desde entonces estaba siempre deprimido", aseveró. Esta vecina subrayó que el hombre se llama Antonio y que "estaba muy mal y en tratamiento bien fuerte". "Cojeaba, estaba muy cansado y le daban depresiones, por lo que lo pasaba muy mal. Además me comentaba que tomaba muchas pastillas y no tenía ganas de nada".
Al ser preguntaba por si discutía con su pareja, la mujer aseguró que "nunca habían reñido entre ellos" y que sólo comentaba que el bebé le daba "muy malas noches". "Yo le comentaba que eso era normal al principio". Además, definió a la víctima, identificada como Estela, como una mujer "cohibida" que "hablaba poco".
Por su parte, Francisco, también residente en la zona, afirmó que Antonio era "un chaval alto, fuerte, que hablaba poco, pero majo, eso sí, un poquito retrasado". También confirmó que había visto salir del inmueble el cuerpo ensangrentado de la fallecida.
Minutos antes de las 20.00 horas el juez ordenó el levantamiento de los cuerpos. A esa misma hora, los vecinos que habían sido desalojados de sus viviendas a causa del incendio volvieron a sus pisos, mientras el tráfico en la calle Luis Mitjans recobraba la normalidad.
Poco después de producirse el suceso, la Policía Nacional trasladó a dependencias policiales, para tomarle declaración, a un hombre de 40 años por si estuviera implicado en las dos muertes. Los vecinos aseguraron que era la pareja de la mujer.
Según informó un portavoz de la Jefatura Superior de Policía, cuando los bomberos sofocaron el incendio se encontraron en la cocina los dos cadáveres. La mujer, una española de 45 años, presentaba un fuerte golpe en la cabeza y yacía junto a su bebé. Ambos estaban tapados por un plástico o una lona.
El Grupo V de Homicidios se ha hecho cargo de la investigación y a última hora de ayer los agentes trasladaron a dependencias de la Jefatura Superior de Policía al hombre, que nació en Londres pero con nacionalidad española, y familia de las víctimas. La Jefatura no desveló si este hombre es la pareja de la víctima. Se limitó a decir que es un "familiar", que tras declarar abandonó por la noche la comisaría al no estar relacionado con el crimen, según la Policía.
El hombre fue introducido en un coche policial sobre las 19.00 horas y, según los vecinos, la Policía lo encontró en un banco, en el que estaba sentado desde que se inició el incendio de la casa.
