El abogado del ex presidente balear Jaume Matas, Rafael Perera, solicitó ayer al juez José Castro que extraiga de las investigaciones del caso Palma Arena las conversaciones telefónicas grabadas entre él y sus clientes -Matas, su mujer, Maite Areal, y su cuñado, Fernando Areal-, al considerar que la incorporación de las mismas a la pieza secreta supone una "grave" conculcación del derecho a la defensa.
Pidió al juez que actúe como el TSJM en el caso Gürtel, que ha anulado parte de las grabaciones ordenadas por Garzón. Así, Perera expresó su "protesta" a Castro y anunció que presentará un recurso si no se atiende su ruego. El abogado justificó esta petición en el hecho de que la única manera que tenía para comunicarse con sus clientes para "diseñar la estrategia" de defensa era a través del teléfono o del correo electrónico, teniendo en cuenta que todos ellos residen fuera de Mallorca, donde él trabaja.
De este modo, sostiene que todas estas conversaciones forman parte del ámbito privado. Recalcó que todo abogado tiene derecho a contactar con sus clientes con "absoluta libertad, discreción e intimidad", algo que, según criticó, no ha sucedido en este caso, debido a que hasta el día de ayer "y quizá también hasta hoy", se ha mantenido pinchado su teléfono móvil y el de su despacho. "He comprobado que más de la mitad de las conversaciones telefónicas que aparecen en los más de 260 folios de pieza secreta han sido mantenidas por mí con Matas, su mujer y su cuñado", dijo, y añadió: "Podrían haber tenido lugar exactamente igual en el seno de mi despacho en torno a una mesa".
Mientras, aunque la mujer de Matas se negó ayer a declarar, sí lo hizo su marido después de que el martes fuera suspendida la declaración tras la aparición de nuevas pruebas. El ex presidente del Ejecutivo balear justificó su incremento patrimonial durante la pasada legislatura en sus ingresos y rentas familiares. Matas habló durante seis horas ante el juez instructor, que le imputa nueve delitos relacionados con la corrupción, y seguirá declarando hoy.
El también ex ministro de Medio Ambiente fue preguntado asimismo por la compra en 2005 por parte de su amigo Bartomeu Reus, ex presidente de Gesa-Endesa, de un piso de lujo en el barrio de Salamanca de Madrid.
El juez sospecha que el verdadero propietario de la vivienda es Matas y que Reus actuó como su testaferro, un extremo que negaron ambos. El ex dirigente popular sí reconoció que su cuñado hizo un primer pago de 100.000 euros para la adquisición de la vivienda, pero posteriormente, tras resultar ganador con mayoría absoluta en las elecciones autonómicas de Baleares, en 2003, ya no le interesó disponer del piso en Madrid.
Por otro lado, Matas apuntó al ex director general de Deportes, José Luis Pepote Ballester, como responsable de las decisiones que se adoptaron en el marco de las reuniones de la Fundació Illesport, a través de la cual el Gobierno regional de las islas participaba económicamente en el consorcio creado para la construcción del velódromo Palma Arena, una obra que costó más del doble de lo presupuestado.
Matas dijo que delegó en Ballester la gestión de las obras debido a que como presidente debía acudir a numerosos actos y eventos, lo que le restaba tiempo para dedicarse a la infraestructura estrella del Partido Popular regional durante la pasada legislatura.
De nuevo abucheado y solo. El ex presidente del Govern balear fue abucheado de nuevo a su llegada a los juzgados de Palma para declarar en el caso Palma Arena. Esta vez, la Policía cortó la calle trasera de los juzgados, pese a lo cual se pudieron oír de nuevo gritos de manifestantes que reclamaron a Matas que devuelva el dinero.
En nada se pareció a la comparecencia que en su día hizo el presidente valenciano, Francisco Camps, por el Gürtel, cuando llegó acompañado de Rita Barberá y jaleado por simpatizantes del PP.
En el caso del ex líder balear, el calor de su partido ha brillado por su ausencia y han sido tibios todos los intentos del PP de defenderle. Ayer, el presidente popular, Mariano Rajoy, se limitó a decir que hará "todo lo que esté en sus manos" para evitar que "en el futuro" se produzcan casos de corrupción. Por su parte, la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, sólo dijo: "Le presumo la inocencia mientras no se demuestra la culpabilidad a todo el mundo".