Al grito de “¡Chávez al panteón!” fue conducido ayer por las calles de Caracas el ataúd del presidente por sus partidarios, hasta llegar al hospital de la Academia Militar. El imponente y fastuoso mausoleo, ideado por el propio Chávez, fue levantado a contrarreloj en el centro de la capital a lo largo del 2011 y 2012 para albergar los restos del héroe de la independencia Simón Bolívar en el 181 aniversario de su muerte, pero su inauguración ya ha sido cuatro veces pospuesta a la espera de “la recuperación” del comandante. Un faraónico proyecto que, curiosamente, contará para siempre con sello español. Y que se ha convertido en la obra más cara construida jamás en Venezuela, con un presupuesto que supera los 130 millones de dólares (más de cien millones de euros).
Pedido urgente
La blanca estructura, de 60 metros de altura, fue fabricada a destajo en Aragón. La empresa Lavaal Ibérica firma la perfilería metálica. Y Faveton se encargó de producir la cerámica de Muel que la envuelve con grandes y blancas piezas esmaltadas, de 50 por 120 centímetros. Una contrata que, en el conjunto de la obra funeraria, se ha encargado de crear el elemento más visible de todo el conjunto, que en la actualidad se encuentra terminado, cerrado y custodiado por la policía.
El Gobierno venezolano adjudicó el curioso volumen a estas dos empresas españolas, y puso como condición el corto plazo en la entrega. La urgencia primaba. Y así se hizo. En noviembre del 2011 despegaron del aeropuerto de Zaragoza cuatro Boing 747 con destino Caracas. En los aparatos fletados trasladaron la carpintería y algunas de las placas cerámicas para que se iniciara la construcción. Ya que el resto de las piezas de cerámica se cargaron en barco debido a su importante peso, unas 300 toneladas.
El proyecto es una ampliación del panteón nacional de estilo colonial que hasta ahora acogía los restos del padre de la patria. Un túnel de vidrio conecta el antiguo edificio con la estructura española, bajo cuya cubierta surge una superficie que, según el plano original, acogería el sarcófago de Bolívar. Aunque podría acompañarle el de Hugo Chávez. El espacio creado bajo cubierta es inmenso, y tiene capacidad para poder albergar hasta 1.500 personas.
Las autoridades venezolanas callaban ayer y no decían dónde será enterrado el comandante presidente después de su funeral de estado, que está previsto se celebre mañana. Pero esta edificación parece el destino más que probable. Eso es, al menos, lo que ayer coreaban sus seguidores y pudo escucharse repetidamente.
