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‘Mayday, mayday’. El relato de los aviones siniestrados en Sevilla

Desde el año 2000 cinco personas han fallecido en siniestros aéreos en la provincia. Ninguna de ellas viajaba en una aerolínea comercial

el 06 may 2013 / 08:00 h.

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Un vuelo de Air Algerie que procedía de Orán (Argelia) hubo de ser evacuado de emergencia por las rampas inflables. No hubo heridos graves. Sevilla, 1 de septiembre de 2004. Son las dos de la tarde. Un avión bimotor Piper PA-31-P despega de la pista 27 del aeropuerto de San Pablo con dos tripulantes y un pasajero a bordo con destino a Tánger. Apenas dos minutos después del despegue la aeronave impacta contra el suelo a unos 1.500 metros al norte de la cabecera de la pista 9 y se incendia. No hay supervivientes. Éste es el accidente más grave que ha tenido lugar en Sevilla en los últimos trece años en el ámbito de la aviación civil, que no solo incluye lo que ocurre en el aeropuerto de San Pablo sino en cualquier punto de la provincia. No ha sido el único con víctimas mortales. En junio del año 2000 falleció una mujer que trabajaba como señalera, indicando, junto a un compañero, a una aeronave de fumigación la posición de la pasada para esparcir herbicida en una parcela en Villafranco del Guadalquivir, Isla Mayor. En una de esas pasadas, que tenían que hacerse a baja altura –menos de dos metros– el tren de aterrizaje le propinó un golpe en la cabeza que resultó letal. Una aeronave con 2 pilotos se confundió de pista en Guadalcanal. Una aeronave con 2 pilotos se confundió de pista en Guadalcanal. Para situar la quinta y última víctima hay que echar la vista atrás hasta octubre de 2007 y situarse en la finca Los Tomillares, a unos cinco kilómetros al suroeste del municipio de Guadalcanal. Un piloto perdió la vida y otro resultó herido grave después de que se equivocaran de pista al aterrizar y al despegar para recuperar su ruta se produjera un fallo en el motor derecho –porque repostaron en bidones que contaminaron de agua el combustible–, lo que acabó desestabilizando la aeronave y haciendo que chocase contra el terreno. Desde el año 2000 hasta el día de hoy se han contabilizado un total de 37 accidentes e incidentes graves en la provincia, con un balance de cinco fallecidos y cinco personas heridas de gravedad. La mayoría de los siniestros registrados están relacionados con aeronaves que desarrollaban actividades agrícolas como la fumigación o la siembra y casi en la práctica totalidad de los casos, salvo en los ya mencionados, no tienen mayores consecuencias que el susto para el piloto y los daños materiales de los aparatos. El 14 de octubre del año pasado ocurrió el último accidente con fallecidos que, aunque no ocurrió en suelo de Sevilla, sí partió de aquí –en concreto, de una finca de Fuentes de Andalucía–. Fue un vuelo privado que se estrelló en la provincia de Toledo dejando tres víctimas mortales. Pero también hay otras incidencias que, sin ocasionar heridos, tienen que ser investigadas. Tal vez recuerden varios de estos casos, pues algunos de ellos son bastante recientes. En un A320 de Vueling aparecieron varios avisos de fallos. Al bajar el tren de aterrizaje apareció otro y se perdió el piloto automático. El comandante tomó los mandos en modo manual y logró aterrizar sin más daños pese a que las ruedas de morro estaban giradas 90º. En un A320 de Vueling aparecieron varios avisos de fallos. “El 20 de abril de 2011 la aeronave EC-GRH –operada por la aerolínea Vueling– realizó un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Sevilla debido a problemas técnicos en el tren de aterrizaje delantero. El aterrizaje se realizó con las ruedas del tren de morro giradas 90º a la derecha y durante el mismo el neumático de la rueda número 2 del tren de morro reventó. La aeronave tuvo que ser remolcada fuera de la pista. No hubo daños personales”. En ese vuelo procedente de Barcelona viajaban 150 pasajeros y 7 tripulantes. Quien se encarga de recopilar toda la información, detalles técnicos y testimonios, material gráfico, análisis de causas y estudio de todos los elementos que intervienen en los accidentes e incidentes de aviación civil que se producen en territorio español es la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), adscrita a la Subsecretaría del Ministerio de Fomento. Y a uno de sus informes corresponde el extracto anterior del reporte del aterrizaje del avión de Vueling en circunstancias anómalas, incidente del que abrió investigación en 2011. Pero abundemos un poco más en este incidente porque gracias a que existe este organismo podemos conocer cómo se suceden los incidentes, cuáles son las causas técnicas y cómo se actúa para evitar males mayores. Y es que la finalidad de la CIAIAC es precisamente ésa, analizar problemas y estudiarlos para aumentar la seguridad aérea. La investigación que realiza tiene un carácter exclusivamente técnico, su fin último es la prevención de futuros accidentes e incidentes, y no tiene por objetivo determinar ni establecer culpa o responsabilidad de ningún tipo. De regreso al vuelo de Vueling, a la media hora de despegar de El Prat aparecieron avisos de fallos en el panel de control de los pilotos. Otra media hora más tarde contactaron con la torre de control del aeropuerto de San Pablo, que estableció la alerta y congeló las entradas y salidas de vuelos. Desde la torre de control confirmaron a los pilotos que las ruedas de morro estaban giradas a la derecha. El avión aterrizó sin dificultad, solo con un poco más de ruido, y al no generarse incendio los pasajeros desembarcaron por el procedimiento habitual. Se retiró el avión de la pista y la alerta, y a las 22.18 horas se declaró el fin de la emergencia. La única consecuencia fue que el cierre del aeropuerto afectó a 29 vuelos. De ellos 11 en llegada que fueron desviados a Jerez y Málaga, y 18 en salida con 5 cancelaciones y 13 retrasos. Aún falta por publicarse el informe definitivo, pero en el provisional tanto fabricante como el operador y el encargado de mantenimiento investigan las causas. No son episodios frecuentes, de ahí que resulten noticiosos. Otro reciente en San Pablo se produjo en 2010. Un avión de Ryanair, estacionado en el aparcamiento 10, había pedido permiso para iniciar el rodaje a pista y había puesto en marcha los motores. En ese momento de maniobra, un grupo de pasajeros se dirigía a pie para embarcar en otro avión de Ryanair estacionado en el aparcamiento 11. Los dos operarios que les guiaban les ordenaron detenerse tras las barreras antichorro, pero el chorro del reactor de la primera aeronave durante el viraje de la misma encontró un determinado ángulo que acabó afectando a algunos pasajeros y les lanzó contra el suelo. Hubo varios heridos leves, el más grave con una rotura de codo. El miedo a volar no se justifica en los datos. España es un país en el que han estado contados los accidentes de aviación civil con víctimas mortales. Estadísticas que, no obstante, son difíciles de recordar cuando se produce un siniestro tan dramático como el que ocurrió en agosto de 2008, en el que 154 personas perdieron la vida en un avión de Spanair.

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