La actriz acaba esta semana el rodaje en Sevilla de su última película, 'Yo también', la historia de amor entre una joven y un chico con Síndrome de Down. La propia intérprete reconoce lo poco preparados que estamos para aceptar una relación así.
-¿Cómo es su papel en Yo también?
-Estoy feliz con esta película. Es un pedazo de guión y tiene unos directores con talento. Es de los papeles más bonitos que me han tocado, una chica con problemas que no puede amar por diferentes motivos, lo mismo que el personaje de Pablo Pineda. Él, porque tiene Síndrome de Down y ella, porque tuvo problemas de pequeña. Y tienen la suerte de encontrarse y empiezan a solucionarlo. El nombre de mi personaje es Laura Valiente, un nombre que me apasiona, porque realmente ella lo es.
-¿Cómo se preparó para un papel así?
-Hace un año y medio que recibí el proyecto y en ese momento ya empezamos a trabajar. Ha sido un proceso lento de trabajo. Pablo Pineda es un hombre maravilloso que ha tenido la suerte de encontrar a Antonio Naharro y Álvaro Pastor, los directores, y tiene la oportunidad de gritar lo que le pasa a su personaje y lo que le pasa a él mismo. Me interesa más un película si, aparte del trabajo como actriz, vale para otras cosas.
-¿El cine sigue siendo cosa de valientes?
-Hay que ser más valiente para hacer un guión de mierda con un mal director.
-¿Se ha llegado a implicar personalmente en este proyecto?
- Esta película me ha recordado mucho a Mar adentro. Cuando tocas la realidad cambia todo mucho. Hay una implicación porque sabes que es verdad. Es la primera vez que me acerco a un síndrome de Down. Pero Pablo Pineda es un ser único y a mí se me olvidó desde el primer momento. Es mucho más culto que yo y tiene una conversación mucho más interesante que la mía. Al conocer este mundo veo lo mal educados que estamos. No sabemos cómo acercarnos y me da rabia.
-El tema es muy sensible...
-Los directores ya habían tratado este tema en el corto Uno más, uno menos (nominado al Goya en 2002) y siempre les ha interesado este asunto. Es una historia de amor y una realidad. No creo que los directores persigan nada. Si es polémica es porque las cosas no estaban bien hechas de antes.
-¿Le ha afectado?
-Todo te afecta si eres sensible. No paro de hablar de la peli, me obsesiona mucho y debe ser muy pesado para los que están a mi lado. Pero cuando me quito la ropa del personaje, cambio. En este caso, he llegado a echar de menos a Laura, me he enamorado profundamente de ella e incluso hablo con ella. Hasta tengo la continuación del personaje en mi cabeza. La dejo en buenas manos.
-Acaba de terminar de rodar con Almodóvar. Se ha vuelto imprescindible para él, ¿no?
- Mi papel en Los abrazos rotos es el de una lectora de labios. Sólo fueron tres días de rodaje, pero estoy encantada, felicísima. Levantar la vista y ver a alguien como Almodóvar es lo mejor de lo mejor. Lo he deseado mucho y quiero más. Firmaría con los ojos cerrados cualquier papel con él, incluso ciega y sin cejas.
-¿Qué valoración hace de su corta pero intensísima carrera?
-He tenido mucha suerte en mi profesión. He hecho trabajos muy distintos y la gente por la calle me dice cosas muy bonitas.
