Cultura

«Me gustaría poder recuperar los autos sacramentales»

La Semana de Música Religiosa de la ciudad castellano manchega es uno de los eventos más consolidados y originales del panorama musical.Su responsable, Pilar Tomás, desvela las claves.

el 22 feb 2015 / 12:47 h.

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La responsable de la Semana de Música Religiosa de Cuenca, Pilar Tomás. / El Correo La responsable de la Semana de Música Religiosa de Cuenca, Pilar Tomás. / El Correo

A la directora de la Semana de Música Religiosa de Cuenca (SMR), Pilar Tomás, le interesan y le gustaría programar muchas cosas. Pero tiene clara que la función de este festival es difundir la «música clásica occidental». Como a esa etiqueta se adscribe un universo sonoro tan inabarcable, la originalidad del certamen está asegurado con programadores capaces como Tomás. Su 54 edición –del 28 de marzo al 5 de abril– conmemora a Santa Teresa y recuerda al compositor Alexander Scriabin y al pintor abstracto Gustavo Torner.

«Nos hemos mantenido en esta época convulsa y, lo más importante, no hemos perdido nuestro gancho internacional», dice. Porque ir a Cuenca en Semana Santa permite al visitante imbuirse de una de las tradiciones cofrades de mayor abolengo de Castilla-La Mancha y disfrutar de un festín sonoro intelectualmente fascinante.

El Cuarteto Quiroga (con obras de Crumb y_Schubert), el pianista Javier Perianes, la posibilidad de escuchar La Pasión según San Mateo de Bach o la Orquesta Sinfónica de Galicia son algunas de las sugerencias del menú. «Intentamos interrelacionarlo todo, la música con los museos de la ciudad, provocamos sinergías con los templos religiosos y trenzamos historia y modernidad de un modo muy natural», indica.

En este contexto, el compositor algecireño José María Sánchez-Verdú estrenará el Viernes Santo su Libro de danzas de la muerte, «en un concierto muy especial en la Catedral conquense en el que participarán los grupos Tasto Solo y el Ensemble Organum», explica la directora de la Semana. Otro autor, Joan Magrané, también presentará una nueva creación. «Son esfuerzos que hay que hacer y que asumimos como herencia, no es una música que el público aprecie tan fácilmente, pero ahí estamos», dice sin zozobrar Pilar Tomás.

A la programadora le encantaría ver en la Semana la ópera Diálogos de Carmelitas, de Poulenc, aunque reconoce que «no es una urgencia»: «Hemos hecho muchas cosas escénicas y tengo títulos en la cabeza para plantear en el futuro, aunque también me gustaría mucho poder recuperar la tradición de los autos sacramentales, que vinculan tantas disciplinas a la vez», adelanta.

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