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"Me interesa tanto lo que se oculta como lo que se dice"

Ursula Meier regresa a Sevilla con el drama ‘Sister' y el sueco Mikael Marcimain presenta su ‘Calle girl'.

el 08 nov 2012 / 21:56 h.

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Ursula Meier.
Antes de aterrizar en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, la última propuesta de la franco-suiza Ursula Meier ya venía precedida de una notable expectación, sobre todo por haber sido seleccionada para representar al país helvético en los Oscar, y por haber recibido en la Berlinale el Oso de Plata Especial, un nuevo premio creado ex profeso por Mike Leigh, presidente del jurado, que se enamoró del filme.

Con estas credenciales se presentó ayer Sister, una historia protagonizada por Simon, un huérfano de doce años, que vive en un valle deprimido y pelado y cada día se monta a una telecabina para subir a la cima de la montaña y robar a los ricos turistas que acuden a esa estación de esquí. Con lo que gana al revender esquís, gafas, chaquetas y cascos de marca, logra sobrevivir y también ayudar a su hermana mayor, Louise, una joven guapa e inadaptada que pierde trabajos con la misma facilidad con la que conoce a tipos que no le convienen. Pero además la relación entre Louise y Simon esconde un secreto celosamente guardado.

"Para mí es una película más política que social", aseguró la directora. "Los protagonistas están desamparados, y da la sensación de que en un país rico como Suiza los servicios sociales tendrían que haberles ayudado antes. Louise está siempre en cólera, enfadada con sus jefes, con la sociedad, cansada de todo. Y vemos que a menudo, en europa, el Estado no está ahí cuando lo necesitas".

El personaje de Simon, en cambio, "ya ha comprendido perfectamente en qué consiste el capitalismo. Tiene su lado Robin Hood, pero sobre todo entiende sus tráficos de cosas robadas como una inversión. Yo quería mostrar el abajo y el arriba, y también el abajo del arriba. Por eso Simon, cuando quiere pasar de un mundo a otro, descubre que no puede subir tanto", agrega Meier.

Protagonizada por Léa Seydoux y Kacey Mottet Klein, Sister es también una demostración del personal estilo de Meier, ya apuntado en la exitosa Home. "En el cine, me interesa tanto lo que se oculta como lo que se dice. Nadie sabe lo que le ha pasado antes a mis personajes, pero se puede imaginar. Se intuyen los problemas familiares que les han hecho ser como son. Me gustan las películas que me permiten trabajar mi propio imaginario personal, porque no todo es papel: está el corazón, está lo que se escucha", subraya la cineasta.


REVOLUCIÓN SEXUAL. Por otro lado, ayer se presentó también en el marco del Festival sevillano Call girl, un thriller que a golpe de plataformas, pantalones acampanados y temas de Bowie, Roxy Music, Bee Gees o George McCrae se granjeó el premio FIPRESCI del Festival de Toronto. Cuando en España aún estábamos dándole vueltas con esa droga misteriosa llamada píldora anticonceptiva y el divorcio era cosa innombrable, los progresistas y enrollados suecos ya iban por la liberación de la mujer y la revolución sexual. La sociedad modelo de la Suecia de los 70, sin embargo, escondía una buena montaña de mugre bajo la alfombra, y es precisamente ésa la que ha inspirado el debut como director de largometrajes de Mikael Marcimain, autor de celebradas series televisivas como The Laser Man (2005) y How soon is now (2007). Call Girl cuenta, con maneras cercanas al Frankenheimer o al Lumet de la época (y también a El Topo de Alfredson), una trama policíaca -basada en un caso real- en la que altos cargos políticos se ven envueltos en un escándalo de prostitución que seguimos a través de Iris, adolescente rebelde que termina enredada en el "negocio" mientras la policía hace la vista gorda.

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