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'Me pido a España para la final', dice el pueblo alemán

El alemán medio tiene claro cuál es su rival soñado para la final de la Eurocopa: España, según el resultado contundente de una encuesta no representativa y a pié de cafetería, en la ronda de semifinales.

el 15 sep 2009 / 06:57 h.

El alemán medio tiene claro cuál es su rival soñado para la final de la Eurocopa: España, según el resultado contundente de una encuesta no representativa y a pié de cafetería, en la ronda de semifinales.

"Yo me pedí España hace semanas, no es cosa de ahora, en el último minuto. Mire, mire", afirma Manfred, un funcionario gubernamental que desayuna su café con pasta en la mantequería Lindner, vecina la Puerta de Brandeburgo.

En la mano sostiene una tabla clasificatoria desde la fase de grupos hasta la final, donde entre múltiples tachaduras se apunta a un "Alemania-España" para el domingo. "Rusia 0-España 2", tiene escrito -a lápiz, eso sí-, para la semifinal de la que debe salir el rival de Alemania ante Viena.

"España, por supuesto. Por todo: por estrategia, por vigor futbolístico, porque les colaron cuatro a los rusos en el primer partido. Cómo van a perder ahora", sostiene Martin, un óptico sobre los treinta años en Café Einstein, en la céntrica Friedrichstrasse.

"La final de la Eurocopa tiene que ser entre europeos de verdad, no entre euro-asiáticos como Turquía o Rusia, faltaría más", apunta un economista, mientras ojea "Financial Times Deutschland".

La unanimidad a favor de España parece total, sea por motivos de estrategia futbolística, geopolíticos o de mera empatía. "Aragonés se merece la final", apunta un jubilado, en el mismo café.

"Y también por ese chico tan educado, el Ché Fábre-was...", añade, en alusión a Cesc Fábregas. "España, España, por supuesto. Usted es de ahí, ¿no?", reflexiona, como si temiera de pronto haber cometido un desliz descortés.

Cada uno aporta su argumento para la encuesta que, además de no representativa es involuntaria y nacida no por iniciativa periodística, sino de las ansias comunicativas del alemán medio la noche anterior en la media parte del Alemania-Turquía.

"Finale, Finale... ¡E Viva la España!", corea un trío de hinchas veinteañeros -Tim, Phil y Pauli-, pegados a la pantalla de una cantina mexicana del barrio multiétnico de Kreuzberg.

El marcador estaba aún entonces en empate 1-1 ante Turquía. Pero en la cantina no había dudas ni del pase de Alemania ni de quien será el rival, como si eso fuera algo a decidir también por ellos.

"España es 'cool'. ¿Como se llama ese 'cooler typ'? Ramos... No, Torres...", duda y mira a sus colegas, en busca de auxilio. "No, no: Ramos, Sergei Ramos, gran tipo, qué tatuajes", dice otro, rusificando el nombre de pila del jugador.

La encuesta nacida de la espontaneidad y los nervios ante el empate sigue en el local de al lado, un moderno café turco llamado "Knofi" donde igual sirven caipinrinhas que té de menta fresca. "Estos rusos, que piensan que pueden comprar goles como quien hace oleoductos. Por favor... Hasta aquí está bien... Más, ya no", dice una iraquí.

La apuesta clara por España tampoco puede atribuirse a un secreto deseo de ver de rival a alguien teóricamente menos fuerte: "Los rusos son creativos, pero les falla la técnica. Os veo alzando la Eurocopa", sostiene Fatih, capitán de un club de fútbol mixto germano-turco, con el corazón escindido entre la selección de Joachim Löw y la de su tocayo, Fatih Terim.

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