Tomó posesión el pasado 21 de diciembre. Desde entonces, ¿cuáles han sido las medidas adoptadas?
-Lo primero que hice fue abrir el correo electrónico, donde había almacenados 800 mensajes a los que fuimos respondiendo. Gracias a la Gerencia cuento con apoyo administrativo que nos ha permitido tener un horario de oficina de mañana y tarde para atender a la comunidad universitaria que viene al campus después de las tres.
-¿Cuántas quejas recibe y de qué tipo son?
-A día de hoy, entran una media de dos quejas diarias. Las más comunes son de alumnos que reclaman por exámenes en los que les han preguntado sobre temas que no estaban en los apuntes, dudas sobre la revisión de los mismos...
-¿Cuáles son las reclamaciones de los profesores?
-Se quejan fundamentalmente sobre cuestiones relacionadas con la organización de las clases en su área o departamento y sobre el reparto de las docencia. Son las más recurrentes.
-¿Ha comprobado usted si se cumple o no esa idea de que este cargo se crea sobre todo para los estudiantes, a los que se les considera más quejicas?
-Los estudiantes sobre todo buscan orientación. Sus quejas son las más numerosas porque son el colectivo más amplio, pero las de los profesores son más complicadas y delicadas de resolver.
-¿Ya se ha encontrado con alguna especialmente peliaguda?
-Pues sí que las hay. Hoy mismo [la entrevista se realizó a finales de febrero] firmo las dos primeras resoluciones de esta Defensoría.
-¿Serán públicas?
-Hemos abierto una web en la que se podrá consultar toda la información de la Defensoría. Esta oficina está abierta a todo el mundo, evitando así el temor a represalias.
-Usted viene de ser defensor universitario en Huelva. ¿Qué diferencias ha encontrado con respecto a la Olavide?
-Hay dos diferencias. La primera es que en la Olavide se quejan más. La comunidad universitaria es beligerante. Quizás esto se deba a que tenemos un campus único y eso anima y facilita más a la gente el poder contar con este servicio. La segunda es la falta de tradición de esta universidad en relación con esta oficina. Cuando reclamas información sobre un tema que ha motivado una queja, el interlocutor se pone inmediatamente a la defensiva. Me ven como a una especie de gran inquisidor que viene a ajustar cuentas. No es ésa la actitud. Vengo a ayudar. Ni estigmatizo ni enjuicio a nadie.
-¿Y en todos los ámbitos detecta estas reticencias, desde el equipo de gobierno al profesor?
-Estoy generalizando y las generalizaciones son malas, pero necesarias. No hay que temer a la figura del defensor porque viene a cumplir con un mandato recogido en la LOU: mejorar la calidad.
-¿Tiene previsto realizar algún informe específico sobre algún tema en concreto que le preocupe?
-Como defensor me preocupa muchísimo el tema del acoso laboral. No me preocupa porque pase sino porque puede pasar, y no en la Universidad Pablo de Olavide precisamente, sino en todas las universidades.
