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"Me rebelo: nuestros hijos no tienen por qué vivir peor que nosotros"

el 02 mar 2013 / 21:13 h.

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El consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Antonio Ávila, en un momento de la entrevista.

Antonio Ávila Cano (Alcalá la Real, Jaén, 1965) ostenta altos cargos en la Administración andaluza desde 2002 y es consejero desde 2009. Tras asumir la Presidencia de la Junta, José Antonio Griñán confió de nuevo en este economista y profesor de la Universidad de Málaga y le asignó la ‘macroconsejería' de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo. Esta entrevista se centra únicamente en materia de empleo, que no es poco.

-Un año más la principal preocupación es el desempleo, que seguirá aumentando. ¿Hasta cuándo podrá aguantar Andalucía niveles de paro que estarán en el 2013 en el 37%?

-Y en Andalucía hay comarcas y grupos de población activa, como los jóvenes y las personas sin formación, que sobrepasan el 40%. El tema es especialmente grave desde cualquier perspectiva, tanto personal o familiar como económica. Es insostenible. Para 2013 las previsiones del FMI o de Funcas dicen que el decrecimiento de la economía española será mayor que en el 2012 (-1,4 o -1,5%), aunque al final del año pueda haber algún cambio.

-¿No se atisba el tope?

-Nadie hace planteamientos en torno a cuándo va a acabar lo que está pasando, aunque el Ministerio (de Empleo), con cierta voluntad de generar un cierto clima para 2014, diga que a finales de 2013 puede haber cambios. Más allá de ese voluntarismo no hay, lamentablemente, ningún argumento sólido.

-Las administraciones deberían actuar y evitar que eso ocurra.

-Claro, ese es el otro elemento. El ministro Montoro dijo que las previsiones económicas están planteadas en los PGE como objetivos, y eso no es así: una cosa son tus objetivos y otra lo que va a pasar. Hay una parte de voluntarismo que tiene que ver con esa capacidad de intervención de los poderes públicos en la economía, pero no es eso lo que se está haciendo. En 2013 seguirán tomándose decisiones de contención del déficit público como única y exclusiva política y eso es lamentable porque no va contribuir a resolver el problema, como mínimo a parar la sangría de la destrucción de empleo.

-¿Qué se puede hacer?

-Durante la crisis el desempleo ha aumentado en Andalucía en 900.000 personas, de las que 600.000 es por destrucción de empleo (300.000 son nuevos activos). Y hay que tomar decisiones. En Andalucía el 80% de la población activa tiene alguna cualificación y hay una capacidad demostrada de las empresas, luego no hay un problema productivo, sino de demanda. Pero el Gobierno se felicita por un déficit inferior al 7%, lo que para mí es surrealista cuando hay 6 millones de personas desempleadas. Hay un círculo vicioso: más impuestos y menos gasto público es menos demanda, y hoy el problema de la economía española es de demanda. Por eso a pesar de tantos esfuerzos vamos a acabar con un 7% de décifit público, y puede ser que hagamos una montaña de dos décimas, cuando dos décimas del PIB puestas al servicio de la producción contribuirían al crecimiento.

-¿Nos vamos a tener que acostumbrar a ser más pobres?

-Hay una afirmación que está calando, que dice que nuestros hijos van a tener que vivir peor que nosotros. Contra eso hay que rebelarse de manera radical. Estos años de crisis ha caído un 5% el PIB, así que teóricamente somos un 5% más pobres. En la práctica esto no es así, porque lo que se ha producido es un incremento brutal de la desigualdad. Se han destruido más de 3 millones de empleos, y a esas personas sí les ha afectado más del 5%. ¿Nos tenemos que acostumbrar a ser más pobres? Por principio, en absoluto, mis hijos no tienen por qué vivir peor que yo, me rebelo en lo individual y como responsable político, y parte de eso es tomar decisiones en la distribución, porque se está produciendo una concentración de la desigualdad en España absolutamente increíble.

-Con la reforma laboral se han disparado los despidos, se pierde empleo de calidad... ¿Se han aprovechado las empresas?

-En función de la crisis se justifica todo, se están tomando medidas muy importantes amparándonos en que hay que superar la crisis, y la reforma laboral es la más relevante que ha tomado el Gobierno de España. Creo que ha sido nefasta y aún no ha alcanzado su cénit, está llegando. Está bien introducir flexibilidad, pero no hay ni un elemento de flexibilidad en la contratación, mientras sí lo hay en el despido, que se ha facilitado y es lo que usan las empresas. Y lo peor es la modificación en las relaciones entre los agentes económicos y sociales, trabajadores y empresa, con la eliminación del control de las comunidades y el debilitamiento cuando no absoluta ausencia de la negociación colectiva, lo que va a la raíz de un modelo que funcionaba razonablemente bien.

-¿Detectan ustedes un aumento de la economía sumergida?

-Al hablar de economía oculta hay cuestiones diferentes. Nosotros, como comunidad, intervenimos con el Estado en el aspecto laboral, a través de la inspección. Pero hay otros dos efectos muy graves. Por un lado, la competencia desleal que hace a las empresas legalmente establecidas, y por otro su razón de ser, que es la evasión fiscal. Y a veces se hacen apreciaciones sin datos que las avalen, como pensar que en Andalucía hay más economía sumergida, cuando parece demostrado que es en la zona de Levante. Los últimos datos (2009) cifraban en 70.000 millones de euros el coste de la evasión fiscal en España, que es prácticamente el déficit público. Y ¿quién defrauda más? Pues quien más tiene, aunque hay en todos los niveles.

-Vamos, que no merece la pena perseguir al que va vendiendo espárragos, por ejemplo.

-Tengo que hacer una referencia a la amnistía fiscal. Que afloren recursos que no se han declarado parece bien, se puede entender. Hay incumplimientos fiscales que en determinada cuantía son delitos, y hay un grado que implica cárcel. Una amnistía fiscal para grandes evasiones significa que le dices al ciudadano: "Has podido defraudar, si se te hubiera pillado podrías ir a la cárcel, pues no irás a la cárcel". Eso se ha hecho en todos los países en algún momento. Pero nos encontramos con que hay casi 30.000 personas que han aflorado pero no han sido amnistiadas de un posible delito fiscal, sino amnistiadas de pagar. Y en lugar de pagar el 56% y una multa, han pagado el 10% de todo. Compare con el que haya hecho el día antes una declaración complementaria. Estas desigualdades no se pueden entender.

-En julio pasado la Junta aprobó un plan de choque: 200 millones para parados de larga duración. Da la sensación de que las políticas de empleo no son eficaces, o tal vez sea la enorme dimensión del problema. ¿Qué resultados está dando la puesta en marcha del plan?

-Desde la Junta no podemos aspirar a solucionar un problema que requiere del concurso de toda la sociedad y del conjunto de las administraciones. Cada uno puede y debe trabajar. La primera medida que tomó el nuevo Gobierno fue un plan de choque, dando prioridad a personas desempleadas hace más de un año, con cargas familiares y que han perdido las prestaciones. Está a mitad de su desarrollo y las previsiones de impacto son en torno a 7.000 personas, al tiempo que mejorará las instalaciones educativas. En el ámbito forestal la temporada va a empezar ahora, y lo hemos corregido para que se incorporen los trabajadores agrarios. Aquí estamos hablando de casi medio millón de peonadas en el 2013. El alcance es limitado, pero amortigua un ámbito muy relevante, el de los hombres y jóvenes con poca formación que están en paro por destrucción de sus empleos, probablemente de la construcción.

-Ahora acaban de aprobar un nuevo plan, dotado con 500 millones, que tiene una parte que no veo clara: la del bono-empleo de 400 euros para los jóvenes. ¿Podría explicarlo?

-No es un plan, es un conjunto de medidas que el Gobierno aún no ha perfilado porque las concertará con los empresarios y representantes de los trabajadores dentro del Pacto por Andalucía que ha planteado el presidente Griñán. [La entrevista se hizo hace una semana. UGT y CCOO han dado después un serio toque de atención sobre la negociación]. Unas medidas son inmediatas y otras entre 2013 y 2014. Un bloque atiende al paro juvenil. Hay financiación, incentivos, portales para emprendedores... Y el bono empleo, del que se han dicho muchísimas tonterías.

-Pues aclárelo usted.

-En vez de darle una subvención a una empresa para contratar a una persona, ahora planteamos que la ayuda la tenga la persona, 400 euros al mes durante un año. Se podrá actuar sobre unos 5.000 jóvenes. La persona no sale al mercado laboral solo con su título y cualificación, sino con 400 euros y si una empresa quiebra al cuarto mes, esa persona sigue teniendo el apoyo y sigue siendo atractiva su contratación. Esta medida va a tener su desarrollo en el próximo marco de la Unión Europea.

-¿Ese dinero siempre va a estar ligado al contrato de trabajo?

-A la persona y al contrato de trabajo. No es un subsidio, que ha sido una de las tonterías que se ha dicho.

-Destaque otros aspectos.

-Habrá unos 100 millones para créditos blandos a proyectos empresariales de jóvenes de hasta 35 años. Unido al crédito está el incentivo, la subvención del tipo de interés, y combinamos los dos. También bonificaremos durante dos años las cotizaciones a la Seguridad Social para los contratos a jóvenes. Para ellos se hace un paquete que movilizará 170 millones de euros y debe ponerse en marcha de inmediato. Aparte hay otras medidas, como la simplificación de trámites. Ya se trabaja en ello, se han revisado más de 1.000 procedimientos de la Junta.

-¡Qué barbaridad!

-Sí señora, y 380 afectaban a quien quería poner en marcha una empresa. De ellos, 65 han sido eliminados. Ahora queremos que empresarios, autónomos y economía social nos digan qué procedimientos interfieren en que creen empleo, e intentar modificarlos. Finalmente, hay un compromiso de todas las consejerías a instancias del presidente Griñán para que las decisiones ante el próximo periodo de fondos europeos (2014-20) se tomen desde la perspectiva de fomento del empleo.

-¿Qué sectores considera estratégicos para crear o mantener puestos de trabajo?

-Analizando la Encuesta de Población Activa hemos visto que, de las 88 actividades en las que divide la economía, 29 han seguido creando empleo en plena crisis. Hay sectores --los servicios sociales, servicios a las empresas e industria auxiliar-- a los que hay que prestar atención, pues han sido capaces de crear empleo. Destaco otros sectores maduros, en los que Andalucía ha demostrado sobradamente su cualificación, como la agricultura y la agroindustria, planteados desde la innovación. O el turismo, que deberá atender más la demanda internacional. La rehabilitación residencial y el mantenimiento de obra civil tendrá también su espacio, pues la construcción ha tocado suelo y solo representa el 5% de la población ocupada, luego hay capacidad de rebote. Las energías renovables, donde se ha hecho un esfuerzo tremendo, aunque hay un impacto muy negativo por las decisiones del Gobierno. Otros con gran capacidad son la biotecnología, tecnologías de la información, y la aeronáutica, en la que Andalucía es puntera con el Airbus y puede seguir siéndolo.

-Por último, ¿qué opina de las últimas medidas del Gobierno sobre empleo joven?

-Está bien que el Gobierno empiece a pensar en hacer algo por el PIB, aunque las medidas se plantean casi en la antesala del 2014, no hay nada inmediato. La ministra Báñez hace un anuncio, sorprendentemente, unos días antes del debate del estado de la nación, como también me sorprendió que lo hiciera días después de que la Junta diera a conocer su plan. Al PP-A le parecieron poco las medidas de la Junta, con 500 millones con carácter inmediato e impacto en 2013, mientras la ministra habla de 3.500 millones para 4 años y toda España, que serían para Andalucía 160 millones al año. Es muy poco esfuerzo por parte del Gobierno. Vincularlo a 2014 y generar en estos momentos falsas expectativas es letal.

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