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"Me toque lo que me toque, no me voy de Rochelambert"

Rochelambert enterró su mala fama gracias a la unidad y el tesón de sus vecinos, que lo miman y defienden a capa y espada.

el 20 nov 2010 / 19:43 h.

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Estas mujeres vecinas de Rochelambert dicen sentirse como una gran familia.

Las paredes están llenas de fotografías que atestiguan el cambio que ha experimentado el barrio desde el punto de vista urbanístico en los últimos 15 años. Pero también de homenajes a los vecinos que más han hecho por el barrio, y de obras de teatro, y de clases de sevillanas, y de visitas al Sánchez Pizjuán... La asociación Al Quivir es el archivo histórico de Rochelambert y el grupo de mujeres que aceptan participar en este reportaje, su memoria histórica, el ejemplo vivo de que -como apunta el estudio- si se tienen buenos vecinos se puede salir de más de un apuro.

María lleva 32 años viviendo en el barrio. "Venía de Eduardo Dato -rememora- y llegué aquí llorando. Pero ahora no cambio esto por nada del mundo". El orgullo que siente María por Rochelambert es compartido por todas sus vecinas. Y no es una pose. Que se lo digan a la cadena de televisión Cuatro, que emitió un reportaje sobre el barrio que hizo que el vecindario se enfureciera. "No perdemos la esperanza de que algún día nos pidan perdón por el daño que nos hicieron", confía Loli Morales, presidenta de la asociación de vecinos.

Rochelambert es hoy lo que es (un barrio con ambulatorio, comisaría, dos institutos, tres colegios y parada de Metro, incluso) gracias al esfuerzo y tesón de sus vecinos. Loli Barragán arribó a Rochelambert en 1969. "No tenía ni luz. Pero ahora estoy muy contenta. Y lo digo con el corazón en la mano: me toque lo que me toque, no me voy del barrio". La época más oscura ya es historia. "Rochelambert es la zona con más comercios de Sevilla, y en la calle Puerto del Escudo (una de las avenidas principales del barrio) tenemos todo tipo de bancos", dice Morales mientras enumera una a una las entidades.

Cada una de estas mujeres tiene una historia, un motivo por el que está en Rochelambert. Pero hay un nexo común en todas: su vínculo a la parroquia San Luis y San Fernando. "La limpiamos nosotros, la adornamos nosotros y la costeamos nosotros. Todos los feligreses están puntualmente informados de dónde y cómo se gasta cada euro", subraya la presidenta de Al Quivir orgullosa.

Lali, la más joven del grupo, recuerda cómo conoció a su compañera y amiga Gloria. "En aquel entonces había un coro en la iglesia. Yo estaba en misa y me puse a llorar nada más escuchar el Padre Nuestro. Igual que Gloria. No nos conocíamos de nada, pero las dos nos cogimos de la mano, y hasta hoy". Gloria, que se quedó viuda, sentencia: "Soy la persona más feliz del mundo".

Rochelambert podría declararse una república independiente de Sevilla. Tienen cruz de mayo, Cabalgata de Reyes, concurso de belenes, Corpus... "Estamos apostando por que las tradiciones del Centro las tengamos también aquí", explica Morales, que confía en que incluso luces navideñas haya este año en un tramo de Puerto del Escudo. Lo que todas apostillan al unísono es que Rochelambert es un barrio "alegre", en el que contabilizan más de 200 comercios y donde todo el mundo se conoce. "¡21 años lleva viniendo el hombre de Mairena del Alcor que nos vende los huevos!", apunta Lali. "¿Y el panadero, que se ha jubilado con nosotros"?, apostilla Gloria.

El buen ambiente y la confianza se hacen palpables en un gesto que una creía ya sólo vivo en las historias de los más mayores. "Mi vecina tiene mis llaves y yo tengo las de ellas". "Pues yo tengo las llaves de siete de mis vecinas". En Rochelambert no se han perdido las buenas costumbres y cuando uno se ausenta de casa, por el motivo que sea, el de al lado le riega las macetas "hasta que vuelva", cuentan estas mujeres.

Y si hay algo que ha conseguido vertebrar a este barrio es la asociación de vecinos Al Quivir. "Esto parece una tenencia de Alcaldía. Todo el mundo viene aquí a quejarse", se sincera Loli Morales. Desde aquí se han articulado todo tipo de iniciativas. Una de las últimas, la campaña contra los que no recogen los excrementos de sus perros. "Y ha dado muy buen resultado", señala Morales.

En Rochelambert el que se aburre es porque quiere. Talleres de pintura, de literatura, de teatro, de inglés, de confección, de bordado... Incluso hay un taller que se llama Conocer Sevilla con el que los vecinos aprenden aquellas anécdotas e historias de la ciudad de mano de una profesora. Y por si todo esto fuera poco, los primeros viernes de cada mes, se reúnen en la asociación en lo que han venido en llamar el café de la amistad. En Rochelambert, Facebook no tiene nada que hacer.

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