A cualquier equipo del mundo se le nota un bajón si por cuestiones del destino sus dos estrellas más rutilantes no pueden jugar un encuentro. Eso fue lo que le ocurrió al Sevilla, que sin Kanouté y sin Jesús Navas pierde las dos piezas más preciadas del puzzle. Manzano optó por dejar a Negredo solo arriba, situar a Rakitic de enganche y darle la camiseta de titular a Romaric para que acompañara a Medel en el mediocentro. Para sustituir al palaciego, Diego Capel ocupó la banda derecha, una posición en la que el albojense pierde muchísimos enteros.
Así las cosas, el jiennense no esperó al descanso para desbaratar su propuesta inicial y en el minuto 37 Rodri entró por Romaric. Con el canterano en el verde, Rakitic retrasó su posición y volvió a formar junto a Medel. Y el partido cambió. A partir del descanso se vivieron los mejores momentos del Sevilla, y no debe ser casualidad que esos siempre se den cuando el chileno forma junto al croata. Rodri, además, aportó mucha movilidad arriba descolgándose en busca del balón y poniendo en apuros a los centrales bermellones. El invento en las bandas tampoco funcionó, así que Alfaro acabó sustituyendo a Capel. Manzano se reservó un cambio, aunque en el banquillo apenas había nada que pudiera mejorar al equipo.
