Cantaba el Villamarín con 0-4, apoyando como siempre a su equipo, impermeable al desaliento que venía del marcador. Ahora Betis, ahora. Empujaba la grada en una mezcla de agradecimiento por el esfuerzo de los que se enfundaron la verdiblanca ante el Barcelona, y el respaldo ante el partido que ya se viene, el derbi, que encarará desde la posición de colista. Al líder lo superó el Betis durante una media hora donde tuvo la opción de ponerse en ventaja. Pero se topó con Valdés, que es en portero lo que Messi o Neymar en delantero, un jugador que marca las diferencias. No sólo está la diferencia dineraria en el gol, en realidad, contra un rival de más de 500 millones de euros, está, como dios, en todas partes. Se fue Messi y casi fue peor porque entró Iniesta, activo pasador en la goleada que afeó el buen partido del equipo de Pepe Mel. No es ninguna locura pensar que de este 1-4 sale reforzado, porque al margen de la actitud irreprochable, el Betis se pareció más a la idea de Betis que siempre tuvo su preparador en la cabeza. Tiró la defensa muchos metros hacia adelante, tocó bien, llegó más y disparó a puerta tanto como el cuadro azulgrana, que en cambio, fue más preciso, como siempre ocurre acon este tipo de equipos y sus estrellas. Jugó como nunca y perdió como siempre, dirán, pero viniendo de donde viene el Betis, de irreconocible figura, se atisba una recuperación que habrá que medir dentro de 15 días en el Sánchez-Pizjuán, donde, además, la alineación podrá ser muy distinta, con la incorporación de todos los lesionados, especialmente de Rubén Castro, aunque del canario, después de tantas semanas sin jugar y una operación muscular de por medio, tampoco se puede esperar la versión que todos los béticos tienen en el recuerdo. Sea como fuere, el Betis se plantará ante el Sevilla FC como colista de Primera división, algo que no se produce desde 1991, año en el que el equipo acabó en Segunda división con Pepe Mel como delantero. También fue entonces aquel derbi en el campo del eterno rival, en la jornada 23, y el Sevilla, que era quinto, se impuso por 3-2. El Barcelona también era líder entonces. Una situación difícil pero ya se sabe que, aun en posición de debilidad, los derbis van siempre a su bola, entre paréntesis.