El rector de la Universidad de Sevilla cumple su primer año de mandato. La entrevista se le hace una semana antes de los cambios de Gobierno, con la unificación de Educación y Universidades de nuevo. Pero su reivindicación no cambia para el nuevo titular: hace falta dinero para aplicar Bolonia con garantías.
-La adaptación a Bolonia ha marcado su primer año de mandato. Quedando el 50% de la oferta académica por adaptar, ¿prevé algún obstáculo que pueda empañar o dificultar la adaptación en la Universidad de Sevilla?
-Espero que no, todo lo que queda por adaptar está bien encaminado.
-¿Ni siquiera en las ingenierías, lo más delicado que queda por hacer? ¿Qué modelo le gustaría para estos grados?
-Está ya definido por parte del Ministerio de Innovación. En un breve plazo de tiempo podremos resolver en el marco andaluz y en la Hispalense la adaptación de las ingenierías a Bolonia.
-Pero dentro del mismo proceso de adaptación de las ingenierías es posible incrementar la oferta académica.
-Eso aún tiene que cerrarse dentro del mapa de titulaciones andaluz. Estamos a un mes escaso desde que se aprobaron las órdenes que regulan las ingenierías. Hemos tenido ya un par de reuniones, pero aún tenemos que definir qué es lo que queremos.
-¿Puede garantizar que el curso próximo los nuevos grados empezarán con grupos de 25 alumnos y con profesores en todos ellos?
-(Pausa) Los grupos y los profesores para el curso que viene van a ser muy similares a éste entre otras cosas porque la financiación va a ser muy similar a la de este año. Esto no quiere decir que sea el punto y final de la adaptación. En el 2010/2011 no termina Bolonia, arranca. Ahora es cuando estamos empezando la adaptación. Tenemos todo un recorrido por delante para desplegar las potencialidades que el Plan Bolonia tiene.
-Sin embargo, al profesor se le va a exigir un trato más personalizado hacia el alumno, evaluaciones continuas... y todo esto sin que mermen los grupos. El curso que viene puede ser calentito en cuanto a críticas.
-A los profesores les vamos a pedir que hagan lo que puedan hacer. Una cuestión es que planteemos como objetivo final determinados ratios y otra cosa es que inicialmente tengamos que partir de una situación que no puede sino contemplar la situación real de financiación de la Universidad.
-¿Calificaría de anómala la situación en la que va a arrancar Bolonia?
-Estamos en una situación global, no en la Universidad, de crisis y, por tanto, desde esta situación tenemos que abordar el conjunto de nuestra actividad social y económica. La crisis económica claro que va a afectar a Bolonia. Pero insisto, en el curso 2010, Bolonia será un niño recién nacido que tendrá que crecer y hacerse mayor y desplegar todo lo que puede llevar dentro.
-Mensaje de tranquilidad por tanto a los profesores.
-Los universitarios son gente muy realista y saben que las cosas se harán al ritmo que las circunstancias nos vayan permitiendo. Los universitarios saben que la Universidad de 2010/2011 se va a parecer mucho a la de 2008/2009.
-La Hispalense acaba de aprobar la oferta de plazas de nuevo ingreso para el curso que viene, con un leve aumento en Medicina, donde el Ministerio de Sanidad ha pedido un esfuerzo para atender la demanda de facultativos en los próximos años. ¿Hasta dónde está dispuesta a llegar la Universidad?
-Nosotros hemos hecho un esfuerzo considerable en los últimos años, que hemos culminado en este curso. Hemos abierto un proceso que nos ha llevado de tres a cuatro grupos en primero. Esta situación va a dar respuesta con carácter acelerado a las demandas, a las que somos sensibles. La decisión tiene sus consecuencias: habrá que dotar de más recursos a la facultad, de más equipamientos, infraestructuras y plazas en hospitales para que la docencia se haga con la mayor calidad. Agradezco a la facultad la sensibilidad con la que ha actuado. Las posibilidades de crecimiento en la Universidad de Sevilla en las actuales instalaciones están prácticamente saturadas. Estamos rozando los máximos [La Universidad está negociando con Urbanismo el traslado de Medicina al Virgen del Rocío].
-¿Bolonia restará alumnos?
-No sólo no lo tememos sino que creemos que va a pasar lo contrario. En la Carlos III, la Universidad pública que más ha apostado por Bolonia, se ha registrado un aumento.
-¿Por qué modelo de acreditación de idiomas se ha decantado la Hispalense?
-Por exigir a los estudiantes al final de sus estudios el nivel B1. Esto no quiere decir que tenga que estar este nivel en el currículum de las asignaturas de los alumnos, sino que éstos lo pueden traer de fuera, previamente adquirido, o mediante medios que les facilitará la Universidad, por ejemplo, a través del Instituto de Idiomas.
-Hablando del Instituto de Idiomas, ¿para cuándo sucursales en todos los campus?
-Estamos trabajando en esa dirección. Ya hay algunas actividades docentes fuera de Reina Mercedes. Profundizaremos en esto.
-Este año ha sido intenso en cuanto a aprobación de nuevos reglamentos. Uno de los más importantes es el de Actividades Docentes, en el que se fijan las condiciones de evaluación del profesorado. ¿Qué acogida real ha tenido? ¿Prevé contestación?
-Estoy convencido de que no. El reglamento tiene muchos aspectos, pero centrándonos en la evaluación de la docencia, ésta no es algo que sorprenda. Los profesores nos venimos evaluándonos desde hace muchos años y venimos siendo evaluados por muchos métodos, entre ellos, la opinión de los estudiantes. No va a rechinar.
-¿Cómo valora el ránking de productividad científica que sitúa a la Hispalense en el puesto 40 de 48? ¿Para cuándo un modelo objetivo que mida la investigación?
-Medir la productividad, o bondad de una Universidad es muy difícil. Todos los intentos que se quieran hacer en esa dirección van a rozar el fracaso. De lo que no me cabe la menor duda es de que la investigación en la Hispalense es de primerísima calidad.
