Medio siglo de oro líquido en Corcoya

La cooperativa Fuensanta de Corcoya cumple 50 años dedicados al aceite.

el 10 oct 2010 / 18:17 h.

Los trabajadores muestran parte de las instalaciones.

Medio siglo de vida es mucho tiempo. Y no es símbolo de vejez, sino de madurez. Éste es el sentimiento que tienen en Corcoya, una pequeña pedanía de Badolatosa, donde su cooperativa ha cumplido 50 años de molturación y aderezo de sus aceitunas. La cooperativa Nuestra Señora de la Fuensanta clausuró los actos de su 50 aniversario con una visita ilustre: la del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien acudió a título personal porque en su departamento trabaja Justo Zambrana Pineda como subsecretario, y es a su vez socio de la cooperativa, además de hijo de uno de los fundadores. Para la ocasión se presentó el libro Olivarera Fuensanta: 50 años de cooperativismo en el sureste sevillano 1960-2010, de Juan Francisco Zambrana, catedrático de Historia Económica de la Universidad de Málaga y también descendiente de los fundadores.

Pese a ser una pedanía de sólo 480 habitantes, Corcoya siempre había querido ser independiente por sus molinos y su aceituna. Fue en 1960 cuando un grupo de vecinos, pequeños y medianos productores de Corcoya y sus alrededores, decidieron lanzarse a la aventura de montar su propia cooperativa. Había un sueño y una tierra rica en oro líquido: 60 socios dieron ese primer paso. Hoy día alcanzan ya los 321.

Javier Ruiz lleva 28 de esos 50 años de vida de la cooperativa, perteneciente a Oleoestepa. En 1982 comenzó su relación con la fábrica en tareas de control de patios, de calidad, de personal... Hasta que alcanzó la gerencia en 2002. Orgulloso recuerda una de las mejores etapas vividas en la olivarera: "Entre 1998 y 2004 fue una época muy buena, porque la economía estaba mejor y se vendía a un precio más elevado, además de haber más producción". La evolución de los números es significativa: de los 400.000 kilos de la primera cosecha de estos cooperativistas a los 22 millones de kilos recogidos en una temporada de aquellos años a los que el gerente hacía referencia.

Hoy día la olivarera es capaz de molturar hasta 800.000 kilos diarios que destinan tanto a la producción de aceite como al aderezo, que da lugar a las variedades tan sevillanas de olivas como hojiblanca y arbequina.

Fue en 1976 cuando la cooperativa decidió sacar el máximo provecho a la aceituna verde, construyendo su planta de aderezo. Esta decisión vino marcada por el bajo precio del caldo de la aceituna en esos años, tal como se recoge en el libro sobre esta empresa de la Sierra Sur.

Pero no todo fueron tiempos de bonanza para esta industria. Su gerente explica que los inicios fueron de todo menos alentadores ya que "tras grandes inversiones, no se pudo molturar porque no había cosechas". Incluso se pensó en abandonar la iniciativa porque "había que seguir pagando e incluso hubo que hipotecar la cooperativa". Pero resistieron y les salió bien.

Desde entonces la maquinaria se fue modernizando para crear una fábrica capaz de molturar hasta 18 millones de kilos de aceituna, como hicieron en 2009. Eso sí, pese a esta evolución, el gerente insiste en que hay algo que permanece intacto: "El espíritu de innovar, de producir y de generar calidad". Como muestra, recuerda el primer premio que obtuvieron de la Diputación de Sevilla al mejor aceite de oliva virgen extra de la provincia en 1999.

Pese a su larga trayectoria, la empresa cuenta con un equipo joven, en el que la media de edad ronda los 30 años. "Muchos comenzaron a trabajar desde muy jóvenes y llevan casi toda su vida", cuenta el gerente. Es el caso de Ana Ruiz y Dolores López, dos jóvenes de administración que recibieron un galardón por su larga trayectoria en la cooperativa, que empezaron cuando eran adolescentes.

Los próximos pasos de la olivarera están orientados a la reducción de vertidos. "Queremos reutilizar los subproductos, desde la hoja del campo hasta el hueso, porque todo se usa para generar energía", apostilla el responsable de la gerencia, quien lo ejemplifica diciendo que el olivo es como el cerdo: "De él puede aprovecharse todo".

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