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Mejora el estado de salud del cooperante Vicente Ferrer

El cooperante español Vicente Ferrer, fundador de la ONG que lleva su nombre, abandonó ayer la unidad de cuidados intensivos en la que permanecía ingresado en el sur de la India y fue trasladado a una habitación del centro, informó a Efe una portavoz de su organización.

el 16 sep 2009 / 01:01 h.

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El cooperante español Vicente Ferrer, fundador de la ONG que lleva su nombre, abandonó ayer la unidad de cuidados intensivos en la que permanecía ingresado en el sur de la India y fue trasladado a una habitación del centro, informó a Efe una portavoz de su organización. El filántropo catalán, que se encuentra en estado de semiconsciencia y responde a algunos estímulos, salió de cuidados intensivos para pasar a una habitación del centro hospitalario de la ciudad de Vellore, agregó la portavoz, contactada telefónicamente.

Las constantes vitales de Ferrer, que cumplirá 89 años el próximo 9 de abril, permanecen estables.

El cooperante ya no utiliza apoyo mecánico para respirar y está recibiendo sesiones de fisioterapia.

El ex jesuita ha permanecido hospitalizado desde que el pasado 20 de marzo sufriera una embolia en la localidad sureña de Anantapur, epicentro de su acción humanitaria. "Ahora hay que esperar y ver cómo evoluciona. El proceso de recuperación es lento", aseguró la portavoz, quien precisó que en los momentos en los que está despierto, Ferrer asiente con la cabeza para responder a alguna pregunta que se le formula.

En los últimos días, ha presentado una "evolución positiva, aunque lenta", según un comunicado de su fundación, en el que se agrega que está recibiendo "el tratamiento necesario" para acelerar la recuperación.

La Fundación Vicente Ferrer es el brazo financiero de la organización que lleva a cabo una gran labor humanitaria en el estado sureño de Andhra y que beneficia a más de 2,5 millones de personas. El incansable Ferrer llegó como misionero jesuita en 1952 a la India, de donde fue expulsado en 1968 tras las suspicacias que despertó su labor entre las autoridades indias y los radicales hindúes. Pero un año después volvió -la entonces primera ministra, Indira Gandhi, ordenó personalmente que le concedieran visado-, y continuó con su tarea filantrópica en el depauperado estado de Andhra.

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