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Mel alcanza los 100 partidos como entrenador del Betis

Lo cogió en Segunda y lo tiene en plazas europeas después de ganar casi la mitad de los 99 encuentros que ha dirigido.

el 28 oct 2012 / 20:13 h.

Pepe Mel, en la ciudad deportiva.

Fue el 29 de agosto de 2010. Era domingo, el día del señor. Del señor Pepe Mel, por supuesto. Aquella tarde noche, ante el Granada CF, en la primera jornada de la temporada 2010-11 en Segunda División, el que fue delantero emblema del Betis en el tránsito entre los años 80 y 90 dirigió su primer partido oficial como entrenador verdiblanco. 4-1 vencieron los suyos para colocar la primera piedra del ascenso, a su vez el primer gran éxito del madrileño. Dos años y casi dos meses más tarde, Pepe Mel está a punto de alcanzar una meta que muy pocos antes que él conocieron como técnicos del equipo de las trece barras: llegar a los 100 partidos oficiales. Y con el equipo en puestos europeos, casi nada.

El encuentro número 100 de Mel como entrenador del Betis será el jueves ante el Valladolid, en la ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. El adversario podría no parecer especial, pero cierta carambola hay en su presencia en la efeméride del técnico heliopolitano. Frente al Valladolid, una tarde de mayo de 2009, consumó el Betis su descenso a Segunda. Si no hubiese bajado de categoría, quién sabe si el club de La Palmera hubiese llamado alguna vez a un hombre que, eso sí, proclamó siempre su deseo de defender al Betis desde el banquillo igual que lo hizo sobre el césped, como delantero, durante cuatro temporadas. Mel siempre publicitó su beticismo y siempre soñó con ocupar el cargo que desempeña ahora mismo. Lo que seguramente no soñó ni en sus mejores noches fue que llegaría a esta cifra tan redonda y tan envidiable, sobre todo en estos tiempos que corren y en una profesión tan inestable y vulnerable.

El balance de Mel, en números, justifica esta inusitada continuidad en el puesto: su Betis lleva 99 partidos en total entre Primera, Segunda y Copa y ha ganado 48 de ellos. Es decir, casi la mitad (el 48,4% para ser rigurosos). Además, ha empatado 18 y ha perdido 33, con un goal average de 160 tantos a favor y 129 en contra. La bonanza de las matemáticas se debe sin duda al curso del ascenso, que se saldó con un abrumador resumen de 25 victorias, 8 empates y sólo 9 derrotas, con un más abrumador 85/44 en la diferencia de goles.

Los números, sin embargo, no plasman la auténtica trascendencia de Mel en este primer Betis post-Lopera, que para eso fue fichado por Luis Oliver poco después de la presunta compraventa de las acciones del magnate de El Fontanal (aunque el exvicepresidente Ángel Martín tuvo mucho que ver en su aterrizaje, todo sea dicho). La importancia de Mel en el Betis se centra en algo tan sencillo, y complicado en realidad, como un ascenso a Primera, imprescindible para la viabilidad del club en términos económicos, y la consecución de una estabilidad fundamental en unos tiempos tan revueltos, primero por todo lo que sucedió en esa efímera etapa de Oliver, después por la incertidumbre derivada de la intervención judicial ordenada por Mercedes Alaya en el mismo verano de 2010 y, por último, por la entrada del club en concurso de acreedores. Mel lidió con todo ello y al mismo tiempo mantuvo a su plantilla en una isla, aislada en la medida de lo posible de todo lo que ocurría alrededor.

SERRA TODAVÍA LE PILLA LEJOS. Es imposible resumir en estas tres columnas los más de dos años que Mel acumula como entrenador del Betis. En realidad, pocos datos hay que desconozca el bético. Todos saben que el madrileño vivió dos momentos críticos: el que más, durante aquella racha de un punto de 30 posibles en la primera vuelta de la pasada Liga; el otro, antes, entre la primera y la segunda vueltas del año del ascenso, cuando su Betis se atascó y perdió cinco partidos seguidos. Sobrevivió a ambas crisis y ahora se apresta a entrar en su segundo centenar de encuentros oficiales con uno de sus equipos del alma (no hay que olvidar al Rayo Vallecano). Quién sabe, igual se acerca algún día al líder indiscutible de la historia de las trece barras: Lorenzo Serra Ferrer, con 264 encuentros en su currículum, entre competición española (246) y europea (18).

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